Treinta y nueve 🍂

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Nos toca confiar en la vida y en sus tiempos.

— Earth, ¿Crees en las relaciones?

— ¿En qué sentido Brave?

— Bueno, las relaciones suelen ser complicadas, más aún cuando una persona es demasiado insegura de sí.

— Oh, vale. — Pensó. — Si lo son, pero sí ambas partes se aman, pueden ir contra viento y marea.

— Yo creo que no es así en todas, siempre alguno de los dos se queda en la orilla y le cuesta avanzar, a pesar de que la marea sea suave.

— Tienes razón. — Tomó la mano contraria que colgaba y se agarró de ella para cruzar la pista de la calle donde pasaban algunos autos. — Mi Phi es así, a veces me da miedo de que vaya a tener un bajón muy fuerte y termine con su novio.

— Eso sería triste, si fuera así, tu Phi se sentiría culpable siempre y lloraría mucho.

— Así es. — Asintió suave. — Eso me preocupa, a pesar de que el se muestre como alguien seguro siempre, suele ocultar mucho sus sentimientos y al momento de dejarlos salir, se descontrolan.

— Me imagino como se debe estar sintiendo, espero que pronto mejore. — Murmuró esbozando una pequeña sonrisa, acariciando con sus dedos los nudillos delicados y rosas que el menor tenía, el tacto era suave, la paz que Earth contagiaba a Brave era tremenda, ahora ya no quería separarse. — Ya que te estoy acompañando a casa, creo que es buen momento para conocer a tu famoso Phi.

— ¡Tienes razón! Tal vez ya me está esperando, me costó mucho hacer que me diera permiso para volver caminando, tiene miedo de que me vaya a pasar algo.

— El te cuida mucho, ¿No es así? — Caminaron ahora por los callejones solitarios, donde solo pasaban algunas personas y un par de autos, todo tranquilo.

— Si, me gusta eso, mis papás casi no me prestaban mucha atención. — Suspiró, apretando suavemente la mano más grande. — No se que hubiera sido de mi sin él.

— No nos hubiéramos conocido, mh, estoy agradecido con tu Phi ahora. — Soltaron pequeñas risas, balanceando el agarre que tenían entre sus palmas, cual parejita enamorada.

Brave se sentía cada vez más cómodo al lado de Earth, la compañía al principio era insegura, pero con el paso de pocos días ya no le preocupó aferrarse a aquella amistad, si en algún momento tendrían que separarse lo aceptaría, duela lo que duela, la vida es para sufrir y reír, el ya había experimentado esos sentimientos lo suficiente y quería creer que uno más o uno menos no haría la diferencia, se estaba haciendo el fuerte, cuando en realidad más a fondo de su corazón, reconocía que se encontraba más débil de lo que hace tiempo ya estaba.

Se pararon frente la puerta de madera que daba entrada a la casita de Earth, en la parte superior colgaba una pequeña campanita de adorno y en un costado el botón del timbre que no tardó en ser presionado, segundos después la puerta se abrió dejando ver a un moreno despeinado y adormilado, la ropa mal puesta que dejaba en evidencia la buena mañana que se había dado, era un desastre total.

— Pasa Earth, Premnie está durmiendo. — Balbuceó soltando un largo bostezo y sin tomar importancia al acompañante del más pequeño, se dio media vuelta y caminó de regreso por donde había salido, con flojera.

Earth puchereó, mirando a su amigo quien se encontraba tecleando en el teléfono  sin darse cuenta de lo que sucedía en su entorno, era un caso perdido, siempre distraído. — Nos vemos mañana Brave, tal vez otro día te presente a P'Prem.

— Oh, está bien Earth, no hay problema, cuídate, ¿Si? Recuerda pasarme la tarea. — Bromeó.

— ¡Bobo! — Reclamó con diversión, agitando su manito en manera de despedida mientras ingresaba de un saltito a su hogar, cerró la puerta no sin antes sonreír para su amigo, mismo que se fue con una sonrisa mucho más amplia.

𝕸𝖆𝖓𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖆́𝖓𝖌𝖊𝖑 /𝖇𝖔𝖚𝖓𝖕𝖗𝖊𝖒/ 𝖔𝖒𝖊𝖌𝖆𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊Where stories live. Discover now