Seis 🍂

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Estoy más solo que la guitarra de lolo.

Prem se había pasado el día con  pensamientos perdidos, por un lado tenía muchas ganas de visitar a su madre, a su padre, prepararles sus postres favoritos  y batidos de fruta nutritivos para ellos, reír a causa de los malos chistes que hacía su padre y disfrutar las películas de comedia y romance que veían en familia.

Pero se esfumaba de inmediato al recordar lo defectuoso que era, habría soportado cualquier cosa, pero ser estéril es una vergüenza para todos y para el mismo, algunas veces se preguntaba cómo se sentiría tener un aroma más fuerte y delicioso, que se sintiera incluso a varios pasos de distancia, o que cada mes llegara su celo para que lo disfrute con su pareja regalando acciones, palabras y gestos de amor mutuo, se sentía solo, pero empezaba a acostumbrarse ya que lo estéril no se le quitaría, así que viviría el resto de su vida sin compañía.

Se encontraba haciendo limpieza extrema en su departamento para tener algo con que distraerse y así no pensar en sus desgracias, otro tema que lo atormentaba era su trabajo; había recibido su quincena antes de irse de la cafetería pero eso sólo le alcanzaría hasta mañana para comer y apenas cenar, no quería pasar hambre ni deudas, los pocos muebles que tenía en su departamento eran un poco viejos, aunque no le importaba tanto el esperaba que de su anterior trabajo podría al menos mejorar su hogar, pero nada de eso se iba a cumplir.

El timbre sonó, estaba extrañado ya que el no tenía amigos ni nada como para que alguien llegara a visitar, así que dejó de lado la escoba y arregló un poco su ropa, para después abrir la puerta un poco desconfiado, al mirar de quién se trataba no pudo evitar sentirse sorprendido y nervioso, pero a la vez tenía ganas de saltar donde el Alfa, jalarle ese lindo cabello y morderle muy fuerte.

—¿Qué hace acá, señor Noppanut?— Preguntó frunciendo con suavidad el ceño, mirando al Alfa.

—¿Podemos hablar de lo ocurrido?— Su ex jefe se veía avergonzado, tenía una mirada arrepentida y al parecer el tema era importante, así que sin más de decir, el Omega soltó un largo suspiro, para después hacerse a un lado y dejar pasar al Alfa.

—Póngase cómodo.

Boun sintió el aroma de el Omega por la casa, haciéndolo sentir inmediatamente muy cómodo y a gusto, su aroma no era muy fuerte pero el lobo Alfa lograba hipnotizarse con el delicioso aroma a frutos y crema dulce.

A primera impresión la sala no era tan llena, tenía los suficientes sillones, una pequeña mesa de centro y un florero como adornito en el medio, todo era impecable, incluso las paredes blancas no tenían algún rastro de polvo o suciedad, era cómodo y lindo, se sentó en uno de los sillones y el Omega al frente de él, mirándolo.

—¿Y...?

—Prem, venía a ofrecerte unas sinceras disculpas por lo mal que te traté y por la acusación que te hice, fui injusto al no buscar pruebas primero. — Dijo el Alfa sin rodeos.

Prem se sintió por alguna razón especial, no creía que alguien se disculparía con él, mucho menos un Alfa. — Disculpas aceptadas. — Murmuró el Omega mirando a otro lado. Otro dato curioso de Prem, era que en cierto modo el era un poquito orgulloso, podías darle mucha comida y regalos pero aún así seguiría un poco resentido, pero no para mal.

— Prem... Quería pedirte que vuelvas a la cafetería, el contrato no se ha cerrado y la verdad es que tú eres elemento esencial en la cocina. Las ventas han bajado y...

—No, no quiero volver, si usted lo hace por pena quiero decirle que no me importa cuanto sea la paga, incluso podría trabajar como lava loza pero no volveré a su cafetería. —Exclamó el cachorro indeciso, pues una gran parte de él quería correr y aferrarse a ese trabajo donde la paga al mes era demasiado perfecta y suficiente para el, pero por otro lado no quería volver y que sus compañeros lo miren mal, o que incluso pensaran que el jefe Noppanut le tuvo pena porque es pobre y le devolvió el trabajo.

𝕸𝖆𝖓𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖆́𝖓𝖌𝖊𝖑 /𝖇𝖔𝖚𝖓𝖕𝖗𝖊𝖒/ 𝖔𝖒𝖊𝖌𝖆𝖛𝖊𝖗𝖘𝖊Where stories live. Discover now