◈ Capítulo 27: La Corte

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La mujer subía apresuradamente las estrechas escaleras de la torre, a trompicones. Las amplias faldas del vestido se le enredaban en las piernas y las acababa pisando en su rápido avance. Se detuvo un instante para acomodarlas, con un gesto de enfado y tentada de arrancar las capas de brocado que se superponían una sobre otra.

Reanudó la marcha tras un vistazo rápido a una de las ventanas, impaciente y mascullando maldiciones.

Aunque la puerta sonó con brusquedad cuando entró en la estancia y dio un portazo al cerrar, el hombre apenas se inmutó, enfrascado en un antiguo y grueso volumen que tenía colocado sobre un atril.

Pese a encontrarse en una de las torres más altas, la habitación no contaba con demasiada luz natural, por lo que estaba repleta de velas que cargaban el ambiente con un olor denso y peculiar.

El hombre continuó con su lectura y la mujer se impacientó.

一 El bastardo está a punto de llegar. - resopló, perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

Normalmente no lo molestaba cuando estaba inmerso en sus estudios, pero aquello era importante y no podía esperar.

一 No debéis preocuparos - se limitó a contestar, despegando los ojos de las páginas con desgana para centrar su atención por fin en ella.

一 Esta vez nada puede salir mal. - masculló, con un escalofrío de nerviosismo y anticipación.

一 ¿Acaso os he fallado alguna vez? - su mirada, tan hermética como siempre, pareció reflejar un deje de molestia.

Ella dudó, por un momento, pero se mostró resuelta en su siguiente afirmación.

一 Su nacimiento fue un error, nunca debiste haberlo permitido.

一 Me pedisteis que impidiera que su padre pudiera concebir un heredero, y así lo hice. Nunca se habló de Lady Dahlia. - replicó con sencillez, cruzando los brazos sobre el pecho.

一 Jamás pensé que esa descarada se atrevería a revolcarse con otro, y menos delante de mis narices. - su cara mostró toda la ira que le había provocado aquella situación. Pese a todos sus cuidadosos planes el resultado no había sido de su agrado - Aunque debería haber imaginado que podría pasar, despreciaba a su esposo más que a nadie y quería un hijo a toda costa.

Él no añadió nada y la dejó pensar, aunque no volvió a su lectura. Pese a mantenerse en silencio, le prestaba toda su atención, ya que sabía que hasta que no se sintiera satisfecha no lo dejaría retomar sus estudios.

一 Esta vez lo haremos con los dos - concluyó la mujer, después de sopesar las opciones y viendo que no tenía otro remedio si quería acabar de una vez por todas.

一 ¿Estáis ya al corriente de quién será la elegida para desposarlo?

一 Aún no.

一 La elaboración es algo delicada, ya lo sabéis, y requiere su tiempo. No se pueden apresurar estos asuntos. Además, cuantas más veces lo uséis, más riesgo corréis de que nos descubran.

一 Tendrás tiempo suficiente para prepararlo todo, el rey lo quiere casado antes de que abandone la corte. Y no te preocupes, nadie se dará cuenta. Lo acabarán achacando a un problema de salud familiar, Dahlia tardó años en quedar en cinta.

一 Como gustéis.

Ella se dirigió a la puerta, pero antes de salir volvió a girarse hacia el hombre.

一 No me falles - le recalcó, con una mirada acerada. Si no conseguía lo que llevaba buscado durante tanto tiempo, él acabaría por lamentarlo. Y si ella caía, él caería con ella.

La sonrisa del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora