~capítulo 24~

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1 mes antes del torneo

Estaba volviendo de mi salida con Anthony. Habíamos ido a tomar un helado y nos quedamos en la plaza un rato.

Johnny estaba muy raro esta mañana cuando me dijo que vaya a su casa después de la salida. Estaba nervioso, como asustado. Nunca lo había visto así.

Abro la puerta de su casa directamente, nunca tiene llave y aunque tuviera, él me dio una copia por si necesitaba algo.

Lo veo sentado en la mesa con un señor que parece un juez o abogado. Algo de la ley seguro.

Me empiezo a preocupar. ¿Lo van a meter preso? ¿Lo van a sacar de mi lado justo para el torneo?

—¿Está todo bien? — pregunto al aire.

—Vos debes ser t/n. — dice el señor.

—¿Si? ¿Que es esto Johnny? ¿Mike te mandó algo legal? ¿Quiere que vaya con él de vuelta? —empiezo a respirar rapido— Yo no quiero ir con él Johnny. Yo me quiero quedar acá. No dejes que me lleven. — digo acercándome a  y abrazándolo.

—Ve lo que le digo, señor juez. — habla Johnny.

—Esto parece algo muy serio.

—No quiero irme con Mike, señor. — le explico.

—Lo entiendo niña. Me podrías explicar un poco que vivías con él.

Para explicar tenía que recordar, todo. No quería, me rehusaba a sacar esos recuerdos; pero si es la única manera de no irme con él, lo iba a hacer.

—Mi madre nos abandonó cuando yo tenía 5 años de edad.  —empiezo a hablar mientras agarro una silla para sentarme.

—¿Por qué los abandonó? — pregunta el juez.

—Cuando era chica escuchaba llantos, gritos y quejas de parte de mi madre. Ahora de más grande imagino que sufría violencia doméstica.

Johnny al ver que yo paro de relatar me agarra la mano para darme fuerzas, se lo agradezco inmensamente.

—Tengo un recuerdo de mi madre intentando escapar conmigo a upa. Pero Mike nos encontró y esa noche me escondí —siento que se me seca la garganta— abajo de mi cama.

—Cuando tu madre pudo escapar, ¿que pasó con vos?

—Mike se hizo cargo de mí. Y me decía que mi madre nos abandonó por otra familia y que nunca volvería. Yo podía ser chica pero no era tonta. Yo sabía la verdad.

El juez asiente ante mi confesión.

—Empecé a ir al colegio y vivía la vida como una chica normal. Sabía que Mike estaba en cosas raras y peligrosas pero nunca me dejaba preguntar. Dejé de ir al colegio en quinto grado y ahí empezó la tortura.

Hago una pausa necesitada para no largarme a llorar.

—Veía a él llegar borracho a la casa. Me trataba como su mucama. Me hacía cocinarle, lavarle y plancharle la ropa, ir a hacer las compras. Cada vez que llegaba borracho me empezaba a decir cosas horribles. Me gritaba que era una porquería, que no servía para nada y a veces me tiraba vasos de vidrio cerca de mi cabeza, una que otra vez me llegaron a cortar la mejilla.

—Eso es espantoso. — responde el juez.

—Me mandaba a comprar cerveza y cigarrillos.

—Pero sos menor de edad, no podes comprar eso.

—El dueño del mercado es amigo de Mike y sabía que las cosas no eran para mí, y que si no le llevaba la bebida podía lastimarme.

—¿Él sabía lo que pasabas?

—Todos los del barrio lo sabían, y más sus compañeros de trabajo. Pero nadie hacia nada.

—¿Cómo llegaste acá a Atlanta?

—Miguel, mi medio hermano. Él llegó a mi casa un día pidiendo por mi padre, diciendo que también era el suyo. Yo le advertía que se vaya, parecía buen chico y no quería que pase por lo mismo que yo. Después de un rato me di cuenta que podía irme con él y liberarme de Mike. Se lo pedí y él accedió. Así llegué acá y no quiero volver con Mike.

—¿Él está acá buscándote? — pregunta.

—Sí, es por eso que vino usted ¿no? Por favor señor, no quiero volver a eso. Acá estoy bien. Tengo amigos, tengo un novio, tengo a Johnny —lo miro y tiene los ojos aguados— que es como un papá, a Carmen, Rosa y a mi hermano. Ellos si son mi familia, no ese tipo.

—Creo que no queda más que decir. — agarra unos papeles.

—¿Me puedo quedar acá?

—Más que eso niña. Yo no soy alguien mandado por Mike, soy juez de niños y hago tramites de tenencias y adopción.

Miro a Johnny en busca de respuestas.

—T/n, no sé cómo decirte esto pero yo quería iniciar un tramite de adopción para vos. — abro los ojos como platos— Sé lo que sufriste y no quiero que lo hagas nunca más. Por eso es que quiero que seas parte de mi humilde familia. Quiero protegerte como padre y quererte como una hija.

Siento una lágrima caer por mi mejilla.

—Por eso está acá el juez y por eso te dije que vengas directo para acá. Si vos queres, podríamos ser... familia.

—¿Familia? —pregunto mientras caen más lagrimas.

—Serias una Lawrence.

No tengo palabras para describir lo que siento y lo que pasa por mi cabeza.

—Teniendo en cuenta la gravedad del caso y que no tenemos mucho tiempo ya que el anterior padre de t/n está en la ciudad, el trámite sería muy fácil. Si él busca un juicio tenemos todas las fichas para ganar. T/n tendría que cambiar el documento con el apellido del señor aquí presente y ya estaría todo.

—T/n, —vuelvo a mirar a Johnny— si no queres lo entiendo, no va a cambiar en nada nuestra relación. Voy a seguir entrenandote, vas a seguir teniendo la llave de casa, vas a poder seguir viniendo a dormir acá cuando quieras. No pienses que porque digas que no, algo va a cambiar. Esto es algo serio que tenes que decidir con el corazón. — sonríe.

No tengo mucho que pensar, siempre soñé con tener un papá como él, divertido, protector. Ese era mi tercer deseo; que Johnny sea mi padre.

Cuando pedí ese deseo me aprecio una locura, era casi seguir que nunca podía llegar a ocurrir, y mirá ahora.

—Johnny... ¿Queres ser mi papá? — le pregunto para que después Johnny suelte un suspiro y me abrace.

—Solo necesitan firmar estos papeles y listo.

Los dos firmamos los papeles que nos indica el juez para despues irse.

—T/n Lawrence... — digo al aire.

—Ahora somos familia, t/n. — habla Johnny para despues abrazarme.

—Ahora sos mi papá...

—Ahora soy tu papá...

Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.Where stories live. Discover now