Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.

~capítulo 13~

—¡Cielo, Johnny te llama, bajá! —grita Carmen desde abajo y yo voy para allá.

—¡Ya estoy!

—¿Lista para un entrenamiento intensivo de Colmillo de Águila? — dice Johnny.

—Sí, sensei.

Carmen sonríe y me abraza para después ir con Johnny.

—¿A donde vamos? —pregunto para subirme al auto.

—A divertirnos.

♡♡♡

—¡Iuju! Esto es lo mejor que me pasó en la vida. — gritó mientras estoy sentada en un autito chocador.

Veo a Johnny con su auto negro y rojo y voy directo a chocarlo.

—¡Ey! — se queja.

—Vos me trajiste acá, acatate a las consecuencias de despertar la águila hambrienta de ganar que hay en mi.

—¡Esa es la actitud!

Seguimos chocando gente y en una choco a unos chicos de mi edad.

—¿Qué te pasa, piba? Me golpeaste la nariz con el volante.

—Eso te pasa por no usar el cinturón, son los autitos chocadores. — le digo para salir de ese lugar y volver a golpear a Johnny. Él estaba compitiendo contra unos nenes de no más de 10 años.

Estuvimos ahí chocando gente por como 10 minutos hasta que sonó el pitido de que se había terminado el juego y no podíamos avanzar más.

—Estuvo divertidisimo, Johnny. Gracias. —lo abrazo.

—Es parte del entrenamiento. —me guiña un ojo — Voy a comprar papas ¿Queres?

—Dale, tráeme.

Me quedo parada en medio del lugar con el celular, le estaba hablando a Anthony cuando alguien me lo tira al piso.

—¡Ey que te pasa! — eran los chicos de mi edad que había chocado.

—Por tu culpa me sangró la nariz. — dice un chico.

—Es un poco de sangre no jodas, aparte es tu culpa. Vos no traías puesto el cinturón.

—¿Con que un poco de sangre nomas? A ver si a vos te gusta tener un poco de sangre en tu cara.

Oh oh. Creo que ya sé que quieren intentar.

—Me tocan un pelo y los mato.

—¿Vos nenita nos vas a matar? No me hagas reír.

—¿Tan poca cosa se sienten que tienen que venir a molestar a una mujer? — digo desafiante.

—Solo te pago con la misma moneda. ¿No te animas? ¿Que pasa, estás venida?

Mis venas explotaron y le pego un golpe seco en la nariz.

—Creo que te está sangrando de vuelta, idiota.

—Maldita.

Él y sus 2 amigos se intentan acercar a mí. Era hora de demostrar lo que sabía. Ninguno de estos idiotas me va a tocar un pelo.

Le pegue una patada en la panza a uno y al otro en los testículos. Los dos estaban agachados del dolor así que fui por uno y le pegue una piña en la cara y se quedó en el suelo. Al otro le hice lo mismo.

Ese imbecil que me dijo maldita estaba mirando todo completamente asustado.

—¿Qué pasa? ¿Tenés miedo? — le pego un rodillazo en el estomago— ¿Viste que esos no me pudieron hacer nada? Bueno, vos tampoco.

Le di un golpe en el pecho y quedó en el piso adolorido, comprobé que un golpe seco en el medio del pecho duele mucho.

Johnny llegó con las dos bolsas de papas y cuando me vio con los tres tipos tirados en el suelo, abrió los ojos.

—¿Qué pasó? —pregunta asustado.

—Se quisieron vengar que le sangre la nariz y quedaron así. Gracias Johnny, tu lección sirvió.

—¿Qué te hizo pegarles asi? — me pregunta mientras yo levanto mi celular del suelo, estaba intacto.

—Despertaron una furia que no sabía que podía experimentar y simplemente... golpee primero.

—Esa es mí alumna. — me choca los cinco.

—Me hizo bien descargarme, lo tengo que admitir.

—Sos una auténtica colmillo de águila. Estas por superar a tu hermano, eh.

—Voy a ganar ese trofeo como que me llamo t/n.

—Confío plenamente que lo vas a ganar.

♡♡♡

—Dale, Miguel. Que se hace tarde para el autocine.

—Ya voy. — grita desde el baño.

—¿Así que van a ver una película?

—Sí, vamos con los chicos del Dojo.

—Bueno, disfruten. —nos dice Carmen cuando ve que Miguel sale del baño.

—Nos vemos.

♡♡♡

—Al fin llegaron. — dice Halcón.

—Ya me estaba preocupando. — dice Sam corriendo a darle un abrazo a Miguel.

—Mi hermano es el que tarda, yo soy muy puntual.

—¿Quieren ir a buscar comida?

Todos dicen que tienen hambre y me mandan a mi a comprar. Anthony me iba a acompañar pero Halcón lo agarro del cuello y le ordenó que se quede ahí.

—Dame, 5 papas con Chedar, 5 combos de hamburguesa, 5 cocas, 2 aguas y 4 helados.

—¿Eso no es mucha comida para una sola persona? — dice alguien atrás mío.

Me doy vuelta y ví a la última persona que quería ver.

—¿Que haces acá?

—¿Así me recibís? —hace puchero — Ni un beso a tu novio.

—No sos mi novio y nunca lo vas a ser.

—Tu papá no dice lo mismo, bonita.

—No me digas así y no me importa lo que él diga. — le grito enojada.

—Ay, ¿desde cuando sos tan agresiva?

—Desde que me fui de ese infierno y tu por bien te aconsejo que te vayas.

—Soy el mejor acompañante de tu padre, no lo puedo traicionar.

—Mi padre es un imbecil, eso es lo que es.

—Se pondría muy triste si sabe lo que dijiste, él dio todo por vos.

—Para, si vos estás acá quiere decir que mi papá sabe dónde estoy.

—Él no sabe que estas acá. Sabes que soy muy bueno guardando secretos.

—¿Y por que viniste?

—Lo llamó un viejo amigo de tu padre y me llevó con él.

—¿Cómo me encontraste?

—Tengo contactos, bonita.

—No le digas nada a mi papá que me viste.

—Tarde o temprano se va a enterar.

—¿Cómo sabes?

—Algo me dice que en el torneo de Karate nos vamos a cruzar. —enaarco una ceja— ¿pensaste que no me iba a enterar?

—Sí alguna vez me quisiste de verdad, olvida esta conversación y andate.

—Bonita, —se acerca a mí y yo me alejo de él— yo te sigo queriendo.

—Yo no, así que andate, Julian.

Él estaba por hablar cuanfo veo que se acerca Anthony a mi lado.

—¿Que pasa acá? — pregunta pasando un brazo por mi espalda.