Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.

~capítulo 5~

Apenas entramos, la música invade nuestros oídos. Todos están en el salón bailando y con vasos de bebidas —analcoholicas—. Veo a Lia a lo lejos, estaba hablando con Katy y Jane.

—Bien, —le digo a Kenny— ahí veo a las chicas, ¿queres venir?

—Emmm, no andá. Yo me quedo acá comiendo o tomando algo.

—¿Seguro? —no quiero dejarlo solo.

—Sí, tranquila.

—Bueno, cualquier cosa me buscas, estoy con las chicas.

Él asiente y yo me acerco a mi amigas.

—Chicas. — gritó para que me escuchen, pero no lo hacen. Yo estaba un poco lejos de ellas.

—Ey, t/n.

Alguien me agarra de la muñeca.

—Viniste.

—Sí, LaRusso. Vine, un fantasma no soy.

—¿Por qué esa mala onda? —Él sonríe— Es una fiesta, mi —se señala— fiesta.

—¿Te tengo que agradecer o algo? — frunzo el ceño.

—No sé, ¿que decis vos? — se acerca más a mi.

—Que me tengo que ir con mis amigas. Permiso.

—Nos vemos t/n. — me grita.

—¡Esperemos que no! — le respondo alejándome de él y sonriendole sarcásticamente.

Por fin llego con las chicas.

—T/n, — me saluda Lia dándome y abrazo— viniste.

—Me dejaron. —las miro a las tres— están re lindas.

—Vos no te quedas atrás. — habla Jane para después venir al lado mío y abrazarme.

—No conozco a nadie de acá, es un poco gracioso. — me río.

—Solo agarras un vaso y bailas. — habla Lia.

—No creo que ne quieran ver bailar, soy otra persona en una fiesta.

—Vamos, dale.

—Recién las conozco, no quiero que ya se alejen.

—Aparte a nosotras también nos encanta bailar.

—Sí, bueno pero yo bailo y nadie me para. Me desconozco.

—Dale, —insiste Jane— bailemos todas así no tienen vergüenza.

—Bueno, pero tienen que poner buena música, esto es electrónica. No puedo bailar con esto.

—¿Que música necesitas? Yo le digo al de la música. -habla Katy.

—Mmm, puede ser algo como movido, para mover el esqueleto.

Ellas abren los ojos como platos.

—Eh, no sé cual puede ser.

—Perreito.

—¿Cuál?

Ahora, yo me agarro el pecho como si me acabarán de insultar.

—Perreito, de Mariah Angelic.

—Ya le digo al chico que ponga esa canción entonces.

Esto podía salir muy mal o muy bien, amo bailar y amo la música. Así que mientras sienta el ritmo, va a salir todo bien.

Escucho los primeros beats de la canción y sonrio.

—¡Ahora todos a perrear, carajo! —habla el chico de la música.