~capítulo 27~

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Un día antes del torneo

Abro los ojos asustada cuando una música pesada inunda mis oídos.

Miro el reloj de mi cuarto y eran las 8 de la mañana. Me levanto de mi cama para saber que estaba pasando.

—Oh, hola T/n. —Johnny está lanzando golpes al aire— ¿Preparada para el último entrenamiento antes del torneo?

Me froto los ojos y apago la música.

—Hola Johnny, buen día. ¿Que mierda haces despierto a las 8?

—Hoy es el último entrenamiento así que tenes que estar muy despierta.

—Me encanta pero es temprano, yo necesito descansar. — le advierto.

—Nada de descansar señorita. A las 3 de la tarde tenemos entrenamiento en el dojo.

—Es a las 3 de la tarde el entrenamiento.

—Sí, pero necesitas desayunar y almorzar. Así que cambiate y vamos a comprar medialunas.

Pese a mis quejas de que tenía sueño, Johnny me manda a cambiarme.

♡♡♡

—Dejá las medialunas en la mesa y yo preparo el café.

—Te voy a matar. — digo mientras apoyo mis manos en mis rodillas del cansancio.

—No exageres. — dice para comenzar a mezclar el café con un poco de leche.

—Me hiciste ir y venir trotando de la cafetería hasta acá 5 veces.

—Queda acá cerca la cafetería.

—¿10 cuadras es cerca?

—Tal vez no sea tan cerca pero así podes tener más resistencia.

—Ya tengo la suficiente. — me siento.

—Menos queja y más entrenamiento.

Compartimos un desayuno agradable a pesar de que estoy muy sudada. Después de comer, decidí darme una ducha.

Para el almuerzo, Johnny hizo unos fideos con salsa. Para mi sorpresa estaban ricos y no quemados. Miguel se sumó al almuerzo para después irnos juntos a entrenar.

—¿Estás nervioso, hermanito? — pregunto.

—No sé si es nervioso la palabra. Yo ya gané un premio y la verdad ser bi-campeon me gustaría mucho. La palabra correcta sería ansioso.

—Ay por dios que cursi. — habla Johnny.

—Es lo que me sale en el momento.

—Creo que mucha LaRusso. — dice Johnny.

—¿Cómo vas con Sam? — pregunto.

—Estamos en el mejor momento. Justo después del torneo la voy a llevar a un lugar.

Johnny y yo dejamos de comer para mirarlo mientras abrimos la boca.

—No a ese lugar, bestias. — rueda los ojos.

—Especifica, hermanito. Vos ya estas en una edad complicada.

—Ustedes son malpensados. No es mi culpa.

—Bueno, ¿a donde van a ir? — pregunta.

—Al cine.

Yo suelto una carcajada cuando Johnny lo mira con una cara de indignación.

—¿En serio? ¿A un cine?

—Y si. Es un lugar lindo.

—Lindo para ciertas cositas. En la oscuridad, los asientos de al fondo, el silencio... — lo cargo y me gano un golpe en la nuca por parte de mi hermano.

Cuidado Conmigo, LaRusso- Anthony LaRusso y Tú.Where stories live. Discover now