KADIKH | The 100 #6

qazat

 "Le voy a arrancar la cabeza."

Rusell le había pedido a Clarke que acompañara al resto a la salida. Y la chica, tratando de no levantar sospechas había preguntado si Lyanna podía acompañarla. No solo era porque se sentía mas segura con ella, si no por que sabía que Lyanna vería pequeños detalles de esta gente, de su sociedad que ella no podría ver con un microscopio. Rusell al ver a la chica en su actuación de callada, tímida y temerosa, no tuvo problemas en aceptar con tal de que todos los otros se quedaran allí en la residencia de la familia de Delilah.

Y es que cuando salieron, también fueron con Bellamy, Echo, Octavia y Raven, las dos chicas se quedaron en la cima de las escaleras, viendo a sus amigos partir, alejándose cada vez mas, caminando por los cultivos. Bellamy se dio la vuelta para ver a Lyanna una ultima vez, pensando, jurándole, que le traería a Rhaegar sano y salvo, que ambos podrían tener a su hijo en sus brazos esta noche. Sus miradas se encontraron y ella, como sabiendo lo que él pensaba, asintió.

Sin embargo sintió algo caliente y pegajoso en su mano que la hizo dar un salto y vio una criatura frente a ella, aterrada, Lyanna, dio un paso hacia atrás y casi se cayo por la escalera. No era un lobo, era mucho, mucho mas pequeño, mas pequeño que una pantera. El pelo era de color trigo tostado, tenia una cola muy larga y no dejaba de olerla y lamiéndole las manos. Clarke igualmente se asusto un poco pero no pudo evitar sonreír y la otra chica también. El animal traía la lengua afuera, su cara como dichoso de verlas mientras no paraba de olerlas a ambas y de lamerle las manos a Lyanna que aun así no se quitaba el miedo de la nueva criatura frente a ella que les ladró. 

— Descuiden, es amigable— Rusell apareció yendo hasta ellas. Traía una pelota en sus manos y el animal se tiro encima de su dueño feliz. El hombre sonrió arrodillándose frente a su amigo peludo sin embargo la sonrisa se le desapareció cuando vio lo confundidas que estaban las dos mujeres.

— ¿Que animal es este?— Lyanna preguntó.

— Es un perro. Entonces es verdad— dijo con pesar viendo a las dos rubias—. Me dijeron que la Tierra fue destruida. Supongo que tenía la esperanza por el mejor amigo del hombre. ¿No tenían mascotas?

Clarke vio a Lyanna que trató de dar una buena respuesta.

— Los caballos los usábamos para transporte y los lobos... eran temidos, pero aparte de eso cualquier otro animal era comida.— ella respondió diciendo la pura verdad, los lobos eran temidos por todos, excepto por ella.

— ¿Tienes hijos?— Rusell le preguntó—. Te ves demasiado joven, debiste haber sido una niña.

— Tuve a mi hijo Rhaegar a los 18-19, hace seis años y medio, a Madi la adoptamos cuando era muy pequeña— Lyanna respondió con una sonrisa dulce que no pudo evitar al pensar en su hijo

— ¿Son pareja? Discúlpame, por que ese hombre a tu lado...

— Es un poco complicado, pero Clarke es mi amiga más querida— Lyanna le interrumpió.