Capítulo 20

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ANNABETH CHASE

La oficina de la señorita Emily se encontraba a unos pocos metros de la oficina del director. Era de tamaño regular, con una paleta de colores neutros y ordenada muy escrupulosamente.

Me encontraba ahí para recoger mis nuevos horarios. El programa de clases del profesor Thomas, iba a cambiar de partir de la próxima semana. Él profesor no podría trabajar tiempo completo, por lo que las clases modificarían su orden para que pudiera seguir enseñando. Según tenía entendido, su esposa habia enfermado gravemente (o eso me dijo Percy, que afirmó que los peces, que él director tenía fuera de su oficina, le habían comentado).

- Ten, Annabeth. - Emily me tendió una hoja envuelta en una mica. - Gracias por pasar temprano, la mayoría de los alumnos llegan a última hora.

Sonreí.

- Me gusta hacer las cosas bien. - él teléfono de su escritorio empezó a sonar, indicando la presencia de una nueva llamada. Tomé mi horario. - Hasta luego, señorita Emily. Y, gracias.

Ella asintió con una sonrisa mientras se llevaba el teléfono a la oreja.

Una vez fuera de su oficina, me dirigí hacia mi casillero a recoger mis cosas. Mi vista se dirigió accidentalmente hacia Mason, que se encontraba a lo lejos.

Había transcurrido más de una semana, tal vez y media, desde el suceso que pasó en la biblioteca.

Mason se había mantenido alejado desde entonces, o lo había hecho más de lo que ya lo estaba haciendo. No soltaba comentarios ofensivos o estúpidos hacia mí y mis amigos, y trataba de mantenerse lo más lejos posible.

Esto, hacia que creyera cada vez más en mis sospechas. Las que le había contado a Percy.

Por otro lado, mis mareos sin sentido habían terminado. Hace varios días que ya no se presentaban, lo cual, me tranquilizaba. Tenía una preocupación menos de encima.

Aparté la vista de Mason y abrí mi casillero para sacar mi mochila. Cuando lo cerré, me encontré con Percy mirandome fijamente. Di un leve brinco por el susto. Había estado tan perdida en mis pensamientos, que no me había fijado en que Percy estaba ahí, frente a su casillero, que se encontraba a lado mío.

- Dioses, Percy. Me asustaste. - me quejé, golpeando levemente su brazo.

- Lo siento. - besó mi mejilla y luego sonrío - Estás muy distraida. Has estado pensando mucho últimamente... más de lo normal.

Solté un pequeño suspiró mientras tomaba su mano. Le señale con la mirada la figura de Mason conversando con, supongo, sus amigos.

- Creo que deberíamos averiguar que esta tramando. Necesitamos información.

- ¿Y que vamos hacer? - preguntó después de unos segundos.

Mi cerebro ya había trabajado en algunas estrategias para sacarle información a Mason sin que se diera cuenta.

- Bueno, definitivamente tiene que ser un plan elaborado. No podemos permitirnos levantar sospechas. Yo había pensado en esperar a una hora determinada, tal vez, cuando este en clases y...

- O, simplemente podríamos seguirlo y averiguar lo que sea que esté ocultando. - me interrumpió, tomándome de la mano y arrastrándome hacia donde se dirigía Mason, que acababa de terminar su conversación con sus amigos.

- ¡Te aseguro que en ninguno de mis planes íbamos a hacer esto! - susurré, mirándolo mal. Tenía que ser tan impulsivo. - Percy, Mason nos puede llegar a ver.

Percy solo sonrió. Habíamos llegado al el pasillo correspondiente a los cuartos de chicos. Observé como Mason se internaba en el, dirigiéndose a su habitación.

Los Siete Grandes Semidioses (En revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora