Capítulo 7

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ANNABETH CHASE

—Me vuelves a llamar "preciosa" y te aseguro que tu cara no estará nada agradecida.

Odiaba cuando los chicos flirteaban de ese modo. Con solo verlo supe que era el tipo de chico que se metía con todas las chicas del instituto y las remplazaba en menos de una semana. Lo que no entendía era: ¿por qué de todas las chicas tenía que fijarse en mí? Dioses, chicos como él eran demasiado fastidiosos.

El tal Miller solo ensanchó su sonrisa presumida.

—Eres ruda —comentó, lamiéndose los labios—. Me gusta.

Suspiré fuertemente.

—¿Qué quieres?

Él se encogió de hombros, acercándose un poco más. Los demás lo miraban con desagrado.

—Tal vez, darte el honor de pasar tiempo conmigo después de la escuela. Podemos hacer muchas cosas juntos.

¿En serio? ¿Estaba bromeando? Que petulante. Me alejé más de él.

—Gracias —respondí con ironía—. Pero no gracias. Tengo mejores cosas que hacer.

A pesar de eso, su sonrisa no decayó en ningún momento. Solo ladeó la cabeza.

—¿Mejor que pasar tiempo conmigo?

Reí como si lo que acababa de decir fuera un chiste.

—Sí, como estar con mis amigos y mi novio.

Esperaba que esa última palabra lo alejara, pero se acercó mucho más a mí. Casi dejándome sin espacio personal.

—Podría hacerte cambiar de opinión.

Estúpido. Lo empujé del pecho, apartándolo de una vez. No tenía paciencia para lidiar con esto. En mi defensa, traté de ser amable.

—Aléjate de mí.

Odiaba que su molesta sonrisa presumida siguiera en su rostro. Hizo ademán de volver a acercarse.

—Te ha dicho que te alejaras —masculló Percy.

Había estado a mi lado todo este tiempo, mirando al chico con el ceño fruncido.

Miller lo miró expectante.

—¿O qué? ¿Tú que me vas a hacer?

Percy sonrió irónicamente, negando con la cabeza.

—¿Yo? Nada. Te aseguro que ella puede resultar más peligrosa que yo.

Los ojos de Miller viajaron de mí a Percy y viceversa. Una chispa de molestia cruzó sus ojos.

—Así que novio —murmuró—. ¿No, Percy Jackson?

—¿Cómo sabes mi nombre?

Percy se tensó un poco. Miller guardó silencio por unos segundos, mirándolo fijamente.

—Estudiabas aquí, ¿no?

Percy se relajó, pero seguía teniendo un ceño levemente fruncido en el rostro. La campana que indicaba el fin del receso sonó.

—Si te aburres —Mason volvió a formar su arrogante sonrisa y me miró—, sabes donde encontrarme, preciosa.

Y se fue antes de que pudiera darle un merecido golpe donde más le dolía. Estúpido. Como si quisiera encontrarlo.

Me volteé hacia Percy y los demás.

—No vale la pena perder el tiempo con él.

Jason suspiró.

Los Siete Grandes Semidioses (En revisión)Where stories live. Discover now