Capítulo 4

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LEO VALDEZ

—¡Sí, Leo! —exclamaron Percy y Annabeth, como si fuera una obviedad.

Y, bueno, si lo era. Los semidioses también estudiaban.

Lamentablemente.

—¡Gracias, chicos! —Piper los abrazó—. No había pensado en eso.

Percy hizo un gesto con la mano para restarle importancia.

—Además, Quirón dijo que Calipso se podía unir si lo deseaba.

Calipso abrió los ojos como platos y una amplia sonrisa se extendió en su rostro.

—¿Yo en un instituto? Me apuntó.

La miré con una sonrisa. Sería su primera vez en una escuela y estaba entusiasmada.

—Entonces todos nos vamos al instituto —concluyó Jason—. Gracias por pensar en nosotros.

Percy puso los ojos en blanco y palmeó su espalda.

—Son nuestros amigos.

—Gracias, bro.

—De nada, bro.

Annabeth puso la palma de su mano en su cara, suspirando. 

Jason puso sus dedos sobre su barbilla.

—¿Qué haremos cuando estemos en Goode? ¿Quirón estará el primer día?

—Y, ¿dónde nos quedaremos? Porque Goode está lejos del campamento —inquirió Piper.

Muy buena pregunta.

—Quirón nos va a acompañar el primer día para manipular la Niebla —explicó Percy, respondiendo a la pregunta de Jason—. En cuanto a lo otro, no había pensado en donde se podrían quedar.

—Sesos de algas —murmuró Annabeth casi inaudiblemente.

—Hey —protestó Percy—. A ver, ¿tú lo pensaste?

Annabeth ladeó la cabeza.

—Tampoco sé donde me voy a quedar. Antes iba a internados o estudiaba en San Francisco.

—Es un problema pequeñín —comenté, pero para mi mala suerte todos me miraron mal—. ¿Qué? Trato de ser positivo.

Me crucé de brazos. A mi derecha, Calipso trató de contener la risa.

—Tengo una idea —habló Percy. Todos lo miramos fijamente—. ¿Qué? ¿Acaso yo no puedo tener ideas?

—Solo es sorprendente —bromeó Piper.

Percy negó con la cabeza.

—Podrían quedarse en mi casa con mi mamá y Paul. Tenemos dos habitaciones de invitados. Creo que es suficiente espacio.

Annabeth frunció los labios.

—Es una buena idea, Percy, pero incomodaríamos a tu mamá y Paul.

Percy le dirigió una mirada que decía: "¿En serio?" Sonrió.

—Sabes que no eres ninguna molestia. A mamá le va a encantar tenerte en casa.

—¿Goode no es también un internado? —pregunté.

Percy hizo una mueca.

—No lo sé —reconoció—. Si hay, no lo he visto. Tendríamos que averiguar.

—Mañana podríamos ir juntos —propusó Annabeth.

Percy sonrió.

—Perfecto.

Los Siete Grandes Semidioses (En revisión)Onde histórias criam vida. Descubra agora