Capítulo 13

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PIPER MCLEAN

—¡Oh vamos, Frank! Será divertido —rogó Hazel.

Creo que Frank finalmente aceptó porque se lo pidió Hazel. Bueno, era obvio. Estamos hablando de Hazel...

Por otro lado, el resto no tuvo ningún problema así que acomodamos los muebles de la sala de estar e hicimos un espacio en el centro. Luego encendí la TV y abrí la app "Karaoke".

—Vale. ¿Quién va a empezar? —pregunté. 

Hubo un breve silencio

—Propongo a Jason —Percy rio entre dientes—. Nunca lo he escuchado cantar.

Jason lo desafió con la mirada.

—Pues, yo tampoco te he visto cantar, Percy. ¿Por qué no empiezas tú? —lo retó, imitando su sonrisa.

Percy le entrecerró los ojos.

—No, por favor. Percy no —murmuró Annabeth. 

—¿Por qué Percy no? —pregunté, con una sonrisa divertida.

Annabeth hizo una mueca de desagrado. Percy la miró pretendiendo estar ofendido.

—No me mires así. Tú sabes como cantas.

Ante esto todos reímos. Ahora teníamos ganas de escucharlo cantar. Frank, quien había estado en silencio mientras engullía un pedazo de pizza, se aclaró la garganta.

—Tengo curiosidad —animó a cantar a Percy—. No creo que cantes peor que un gallo.

—Te sorprenderías —murmuró de nuevo Annabeth, más para ella misma que para nosotros, mientras bebía de su botella de geseosa. Cuando sintió la mirada indignada de Percy, sonrió culpable—. Lo siento.

Percy sacudió la cabeza.

—Para que vean que no canto tan mal, voy primero —formó una sonrisa tranquila y confiada, como si no tuviera nada que ocultar.

Algo me decía que nos íbamos a divertir mucho oyendo su "melodiosa" voz.

Busqué una canción para Percy en la aplicación. Mientras tanto, vi como Annabeth se acercaba a él y lo abrazaba. No escuché lo que le susurró, pero fue algo así como un "lo siento" con una sonrisa arrepentida. Ser hija de Afrodita me permitía leer a las personas fácilmente. Percy besó su cabeza y le sonrió: "No pasa nada"

Lo tengo que admitir: Adoraba poder leer a las personas (aunque a veces fuera un poco metiche). En fin, Percy se puso de pie y se colocó en el centro de la sala.

De pronto, vi el título de una canción pasar por la pantalla... Oh sí, esto sería gracioso.

Le dije a Percy que se preparara y él me guiñó un ojo. Todos tenían los ojos puestos sobre él, alguno que otro aguantándose la risa.

Entonces, las primeras notas de "La Sirenita" empezaron a sonar, inundando la sala de estar con sonidos caribeños.

Las carcajadas de los demás no se hicieron esperar, bueno, a excepción de las de Annabeth.

—No, no, otra vez no. Dioses, Piper. —murmuró ella, mirando a su novio—. No podías escoger mejor canción.

No entendía por qué me lo decía. A pesar de las risas de los demás, Percy parecía completamente feliz. Incluso emocionado.

¡Entonces lo recordé! Annabeth me había dicho una vez que Percy se había obsesionado con esa canción. La escuchaba tanto que Annabeth ya se había hartado de ella. Y Percy, quien amaba con locura a su novia, cada vez que podía la cantaba. Le dirigí a Annabeth una mirada de arrepentimiento. 

Los Siete Grandes Semidioses (En revisión)Where stories live. Discover now