Herederos de nacionalidades diferentes con lazos peculiares e inquebrantables.
Años pasaron desde aquél día, crecieron convirtiéndose en adultos. En su reencuentro la lujuria les ganará y en el juego de la pasión caerán.Tratarán de huir de su lado o...
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El ardor en mi mejilla se hace presente cuando su mano impacta en esta. La ira me recorre calentándome la sangre de inmediato.
Me voy contra ella sin importarme nada, pero en vez de bajar la mirada como en años pasados, su mirada lucha contra la mía y me enfrenta acercándose tanto que nuestros pechos se rozan, su cuerpo transmite poder y un extraño brillo que jamás percibí.
—Ya no—su tono de orden me deja aturdido—No soy un juguete—susurra para los dos.
La antigua Lada jamas haría eso, pero sé de que esa ya no queda nada y me lo acaba de confirmar.
—Hela les dirá que pasa—me alejo de la rubia para mirar a mi hermana con brazos cruzados.
—Pasa que queridos amigos estamos bajo ataque así que hay que apresurarnos—aclara.
Miro las caras de todos buscando alguna señal y son de desconcierto puro, menos la de Lada.
Soy el primero en salir con Sveing a mi lado. todos me siguen caminando hacía la cabaña. Sveing se va directo a la pared frente al comedor para deslizar el cuadro y dejando ver la gran pantalla de la computadora inteligente.
—Santa madre—murmuran a mi espalda y creo saber que viene de Atenea.
—Informe—pido.
—Señor, pero hay...—dice Sveing señalando a los chicos.
—Te estoy pidiendo informe no si hay personas aquí.
Confío.
—Distrito Sur, 10 hombres a 10 minutos y Distrito Norte, 30 hombres a 6 minutos de nuestra ubicación—responde Bjorn viendo la computadora.
—De baja—responde—Ya hay valquirias en la zona—interviene Björn viendo a Hela.
—Despliega 5 drones francotiradores al Norte y una tropa de valquirias al Sur, hay que mantenerlos ocupados para ganar tiempo—ordena—Frey hay que salir de aquí, nos quieren acorralar—mi hermana me habla, pero me niego. Estoy molesto y dispuesto a dar pelea. ¿Cómo se atreven a irrumpir en mi propia casa?
—No, ya los hombres están aquí hay que contraatacar—me dirijo a Sveing—Envía Eksekutører al norte.
—Hay que irnos Frey—repite como si me importara eso.
—Frey hazle caso a Hela, no sé que esté pasando, pero es mejor irnos—la voz Horus sale a mi izquierda.
—¡No me iré como un cobarde!—exclamo colérico.
Mi hermana me toma del brazo para girarme hacía ella.
—¡No estamos solos! No hay que arriesgarnos—me habla de la misma manera.
