Herederos de nacionalidades diferentes con lazos peculiares e inquebrantables.
Años pasaron desde aquél día, crecieron convirtiéndose en adultos. En su reencuentro la lujuria les ganará y en el juego de la pasión caerán.Tratarán de huir de su lado o...
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—¿Dónde es?—pregunta Hades por tercera vez.
—En un lugar, supongo—digo riendo—Vamos a fumar hierba—me mira mal.
—No fumaré con un par de idiotas—gruñe viendo por la ventana.
Todavía no entiendo cómo su madre siendo tan dulce tiene un hijo tan amargado.
—Sé que no fumas hierba, ya lo sé, pero hoy haré que la fumes—digo tratando de no reír—Porque es viernes y no tienes trabajo y tampoco tienes nada que hacer—termino riendo.
Escucho a Ares reír a carcajadas en el asiento detrás.
—¿Eso es del meme, cierto?—pregunta esté.
—Por supuesto—me regocijo con la mueca de disgusto de Hades.
—Joder maduren de una vez—gruñe el ya nombrado.
—Vas a envejecer rápido si sigues de amargado—le habla Ares.
Conduzco mientras Ares coloca música. Los invité a una pelea de esas que tienen poco aspecto legal y bueno, según me dijeron era importante así que tenía que ir.
La voz de Drake inunda el auto haciendo que tararee la canción.
—Según mis cálculos estamos a díez kilómetros—aviso viendo de reojo la pantalla.
—¿Tú cálculos o el GPS?—pregunta Hades.
—Casi lo mismo—lo ignoro.
Después de unos minutos nos bajamos del auto y caminamos a la entrada del almacén gigante donde un hombre seguridad nos mira de arriba hacia abajo.
—Vinimos a la pelea—Hades es él que habla primero.
—No me digas niño bonito—responde el hombre con sarcasmo.
Tiene una cicatriz gigantescas desde la cien a la mejilla.
Sin decir nada alzo la manga de mí chaqueta dejando ver el tatuaje en mí antebrazo. El hombre intercambia la mirada de mi brazo a mi rostro con una expresión cansada.
