Herederos de nacionalidades diferentes con lazos peculiares e inquebrantables.
Años pasaron desde aquél día, crecieron convirtiéndose en adultos. En su reencuentro la lujuria les ganará y en el juego de la pasión caerán.Tratarán de huir de su lado o...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Veo sus manos sus grandes manos pasearse por el volante mientras conduce. Nunca me había fascinado tanto el ver a alguien conducir.
Mi boca pide a gritos tener sus dedos en ella. Tenso mis muslos cuando siento mis fluidos mojar mis bragas.
—¿Irás a la casa de tús padres o te quedas aparte?—pregunta lento y bajo.
Mmm delicioso
—Compré un piso hace poco, colocaré la dirección a tú GPS—digo manipulando la pantalla.
—¿Vives sola?—cuestiona mirando hacia adelante.
—Por supuesto, me siento bien estando sola y también porqué me gusta la exclusividad—digo con un tono suave y noto como aprieta el volante.
Minutos después entramos a Kensington un vecindario muy hermoso de Londres. Me encanta porque es muy clásico y me da un aire de cuentos.
—Mi penthouse queda en Belgravia, estamos muy cerca—dice mirándome fijo. ¿Insinúas algo?
Sale del auto para abrirme la puerta.
—Más de lo que te imaginas-digo sin apartar la vista de sus labios—Muchas gracias por traerme.
—No hay de qué—habla con una sonrisa. Cierra la puerta.
No quiero irme.
—¿Quieres subir un rato? Tengo vino tinto—pregunto con las manos en la espalda rogando que diga que sí.
—Como decir que no a eso—sonríe. Asegura el auto.
Caminos juntos a la recepción.
—Buenas noches señorita Thompson, un placer volverla a ver—me saluda Lion, el portero del edificio.
—Buenas noches—saludo sonriente. Triunfante.
Caminamos hacia el ascensor y entramos cuando este se abre.
—¿Cuál es tú piso?—me pregunta.
—El último—respondo a lo que él presiona el número sesenta.
Quedamos en un silencio pasivo, pero para nada incómodo es más bien agradable.
—¿Qué hiciste en Francia?—me pregunta curioso.
—Entrené, estudié, compré y me asocié —digo con una sonrisa recordando que fue la mejor inversión de mi vida.
Si, admito que estoy nerviosa ¿Pero como no estarlo ante semejante hombre que pareciera que me puede partir en dos? Claro que no del sentido literal porque eso podría matarme entonces sería... ¿Qué estoy pensando?
Quiero averiguar si lo puede hacer.
—Genial, yo también compré algunos—dice con un tono de orgullo.
