Herederos de nacionalidades diferentes con lazos peculiares e inquebrantables.
Años pasaron desde aquél día, crecieron convirtiéndose en adultos. En su reencuentro la lujuria les ganará y en el juego de la pasión caerán.Tratarán de huir de su lado o...
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—Hela, es un vestido solo tienes que ponertelo y listo—digo exasperado.
Lleva media hora quejándose porque según ella el vestido que envió papá es horrible, pero sinceramente yo lo veo bien. Es negro con mangas largas y una pequeña túnica cae a su espalda. No tiene ninguna decoración ni escotes, quizás por eso no le gusta.
—Frey, mira esto—dice señalando las manga—Es muy cubierto, siento que si me lo coloco voy a respirar y ni siquiera me podré mover, me va a cortar la circulación y moriré estúpidamente.—dice histérica.
—Dices odiar el drama, pero eres tú quién lo provoca—recuesto mi espalda del sillón.
—Llamaré a papá.—gruñe caminando por el pasillo.
Minutos después el grito de frustración de mi hermana se hace escuchar mientras la veo acercarse con la molestia dibujada en el rostro.
—¿Qué te dijo?—pregunto.
—Que tiene que ser así porque verán mis tatuajes y tengo que ir presentable ya que será la primera impresión—chilla molesta.
—¿Y tú que piensas?—le pregunto con sonrisa cuya acción se va evaporando cuando la cara de Hela cambia completamente.
—Pienso que... les daré una muy buena impresión—me mira fijamente.
Inmediatamente sé que lo que hará será un desastre. Abre el cajón de las llaves y la veo sacar un par.
—Hela ¿Qué vas a hacer? No hagas ninguna locura—cuestiono levantándome para perseguirla.
—Saldré y compraré otro—dice restandole importancia.
—No, no lo harás—trato de arrebatarle las lleves de las manos.
—Si, si lo haré—ríe antes de salir corriendo lejos de mí.
—¡Ese vestido costó millones!—exclamo.
—Lo sé, ahora iré a gastar otros millones más —la sonrisa triunfante se pinta en su rostro.
—Estás loca—murmuro.
Nunca ve lo qué hacen por ella o quizás sí, pero lo ignora. Es frustrante.
Me dispongo a concentrarme en mí trabajo revisando las ganancias de la empresa en los últimos meses dándome cuenta que han subido notablemente, pero sigue saliendo dinero sin ningún tipo de justificación. Arrugo las cejas en confusión, tengo que hablar con papá.
—¡FREY! la insufrible voz de mí hermana se oye por todo el lugar.
—¡¿QUE?!—grito de la misma forma.
Sus pasos se escuchan a medida que se acerca.
—¿Cuándo llevarán a Jör?—pestañea varias veces con una sonrisa.
