Noche XVII: Noche en Agrabah, miel en Soryu

1.3K 152 107
                                    

La familia Rengoku retomó su lugar en el Palacio en una sola noche. El pueblo de Agrabah, convencido totalmente de que Kyojuro era en verdad el enmascardo de la flama al verle blandir su legendaria espada de hoja color rubí, se volcó totalmente en apoyo del príncipe para acorralar a Muzan y obligarlo a huir del Palacio.

Sabito y los 40 ladrones se lanzaron en la búsqueda del usurpador, pero no tuvieron éxito, pues el ambicioso hombre de ojos rojos siempre contó con un plan de escape todos esos años en caso de que los Rengoku se le salieran de control mientras era visir. Sólo pudieron rescatar la corona y las ropas reales que el hombre dejó atrás, seguramente para colocarse algún disfraz que le ayudara a pasar desapercibido.

A pesar de que el villano logró salir con vida, Agrabah y la familia real festejaron durante las siguientes noches el inicio de una nueva era para el sultanato tras haber expulsado a Kibutsuji Muzan del gobierno y del Palacio para siempre.

Shinjuro recuperó el trono y sus títulos; inmediatamente después, convocó a un consejo extraordinario, pues las cosas tenían que cambiar para el bien de los ciudadanos quienes habían apoyado con sus vidas el regreso de los Rengoku al sultanato. El consejo estaba conformado por representantes de la mayor cantidad posible de sectores del reino: comerciantes, artesanos, agricultores, pescadores, médicos, sabios, mujeres, parteras, ancianos. A todos se les escucharía y se les invitaría a participar en la renovación del gobierno de Agrabah.

Una de las primeras acciones del consejo, aprobada de manera casi unánime, fue eliminar la vieja ley que impedía al príncipe Kyojuro participar de lleno en el gobierno y le exhortaron a participar de lleno en la política de Agrabah inmediatamente. Algunos incluso tuvieron el atrevimiento de sugerir que se coronara a Kyojuro por anticipado como sultán, pero la idea no fue apoyada del todo y se aceptó que Shinjuro retomara el trono, aunque la figura del visir estaría bajo total elección y evaluación del consejo extraordinario de modo permanente.

A pesar de que aquel nuevo periodo histórico en el sultanato fuese prometedor y los ciudadanos no dejaran de festejar con esperanza la transición hacia un mejor futuro, aún había un largo camino que recorrer para corregir los males que Muzan les había heredado tras 15 años moviendo los hilos del poder en Agrabah.

—-----------------------------------

La sesión del consejo extraordinario de aquella jornada acababa de concluir, todos los miembros, alrededor de doscientas personas quienes tenían el mismo derecho de voz y voto, fueron convocados a reunirse desde el amanecer para discutir nuevas leyes económicas y comerciales, cuyos acuerdos tomarían varias semanas para ser aprobados tras obtener consenso luego de extenuantes jornadas de debates.

Kyojuro era una de las figuras centrales durante estas acaloradas sesiones de consejo, el príncipe se estaba convirtiendo en uno de los pilares del gobierno a pesar de su corta edad y él atendería responsablemente las expectativas de su pueblo sin dudar.

Una jornada más había finalizado y la sala de consejo comenzó a vaciarse paulatinamente; ya era de noche y el príncipe heredero logró escabullirse milagrosamente para alejarse de aquel bullicio.

El rubio, vistiendo sus sencillas ropas blancas con bordados ligeros y portando la corona de príncipe heredero sobre sus cabellos, caminó rápidamente desde las salas de gobierno hasta adentrarse al Palacio, alcanzando luego de algunos minutos los jardines majestuosos de la residencia. Al fondo de ellos había una pequeña construcción de paredes blancas en cuyo pórtico estaban colocadas bancas alrededor de una fuente borboteante.

Una hermosa mujer yacía sentada en aquel punto acompañada por un muchacho de mirada seria. Ambos admiraban la belleza de los jardines del Palacio de Agrabah bajo la luz de la luna creciente.

Noches de Agrabah [Akaza x Rengoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora