Noche VII: El país de las murallas

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Advertencia:

El inicio de este capítulo contiene escenas eróticas, se recomienda discreción.

Dedicatoria:

Capítulo dedicado a kanroji_lovely, especialmente el inicio de este porque ella es una gran fan de Muzan y su amor por él me inspira; también lo dedico a Sachiko quien pidió la primera escena porque le gusta mucho Kokushibo ¡A su salud!

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Noche VII

Muzan se encontraba hecho una furia aún después de haber puesto en su lugar al insufrible príncipe y al sultán tras revelarles la condición legal para que Kyojuro pudiera ejercer en la política de Agrabah.


Los peores escenarios se volcaron encima de Muzan: la resistencia necia de los Rengoku y haber perdido la oportunidad de obtener la lámpara de las maravillas, la cual había estado buscando durante años para hacerse con Agrabah y los reinos a su alrededor.


El visir además ya no tenía facultad para interrogar-torturar a sus prisioneros si el sultán no lo autorizaba, por lo que se quedó sin su manera favorita para desahogar su ira. La segunda opción era follar con Shinjuro, pero este no dejaba de rechazarlo últimamente, por lo que sólo le restaba la tercera opción...


Kokushibo aquella noche terminó de supervisar el entrenamiento de rutina de una sección de las tropas bajo su mando directo. Los soldados marchaban y desplegaban sus posturas y técnicas con la espada al ritmo los tambores de guerra. Los ojos del general no perdieron detalle de las tropas durante el transcurso de la rutina hasta su conclusión tras la cual con ademanes militares ordenó la disolución de aquel entrenamiento.


El General se retiró de los cuarteles, apostados a un costado del palacio, y se dirigió a su aposentos privados dentro de la misma zona militar. Ahí tomó una ducha y luego solicitó a sus sirvientes que le prepararan una tina con agua caliente y perfumada para intentar relajarse. Kokushibo no se hallaba en sus mejores momentos. El príncipe se alejó de él y, además, resultó que Kyojuro estaba detrás del enmascarado de la flama; por otro lado, el presupuesto militar se había visto reducido durante los últimos meses por lo que mantener el control de las zonas ocupadas por Agrabah resultaba cada vez más complejo; luego estaba Muzan y sus locas ambiciones por las cuales Kokushibo ya no sabía a quién era leal al final del día...


El hombre de larga cabellera negra se hundió dentro del agua cálida y agradable, deseando fundirse con ella. Cuando emergió y abrió los ojos se encontró con una visión inesperada.


Muzan apareció en su baño privado y vestía de una forma que volvía loco a Kokushibo. Ciertamente el visir poseía una belleza andrógina y el de ojos rojos no dudaba en hacer uso de ella para seducir. Se presentó ante el General vistiendo túnicas transparentes femeninas color escarlata, dejando a la imaginación lo que había detrás de aquellas sombras sinuosas que se reflejaban entre las telas brillantes. Muzan además había atado su largo cabello de modo femenino en una trenza gruesa adornada con cadenas doradas enredadas alrededor.


— Mi señor Muzan... — balbuceó el militar embobado.


— Ven a mi lado, Kokushibo.


Hechizado de inmediato, el General salió de la tina sin chistar. Transparentes cortinas de agua corrieron a lo largo de toda su firme y musculosa anatomía desnuda. Caminó hacia el visir y cuando estuvo frente a él, Muzan lo invitó a acercarse con el movimiento de su dedo índice.

Noches de Agrabah [Akaza x Rengoku]Where stories live. Discover now