Noche VI: Marhaban, Mwlay

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Notas:

* Marhaban, Mwlay: En árabe esto significa "Saludos, mi señor".

Agradezco a mi novia ninnae quien me apoya asesorándome idioma árabe, pues ella lo estudia.

Quiero dedicar este capítulo a una lectora quien dibuja y me contactó para solicitarme permiso para hacer arts inspirados en la historia. Esto me halagó muchísimo y me emocionó inmensamente. Ella ha sido muy linda y amable, además de que me encantan sus dibujos. Así que: janys_uvu este capítulo fue escrito en tu honor, pues fue por tu apoyo que escribí velozmente y con gran inspiración este episodio ¡Gracias!


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Noche VI


Para: janys_uvu

Kyojuro volvió a vestir el traje del enmascarado de la flama por las noches con el objetivo de hallar algún rastro de Akaza, pero no tardó en volver a ayudar a los necesitados como prioridad y su misión de encontrar al de cabellera rosada comenzó a posponerse. A esas alturas, los soldados del sultán sabían su verdadera identidad, por lo que ante sus apariciones huían despavoridos en lugar de enfrentarlo como antaño. La fuerza pública ahora se comportaba mucho mejor con los civiles después de saber que su príncipe los observaba y sabía de sus fechorías.

Kyojuro intentó interrogar a los soldados sobre el paradero de Akaza, pero la mayoría temblaba como gelatina ante la presencia del heredero al trono, rendían pleitesía hasta que sus frentes tocaban el suelo y luego entregaban sus armas al príncipe.

El de cabellera flamígera se sentía desconcertado de aquel cambio radical de actitud por parte de los soldados, pero le aliviaba saber que la mayoría había dejado de hostigar malintencionadamente al pueblo de Agrabah.

Finalmente, una noche uno de los soldados que interrogó le respondió algo diferente a su interrogatorio sobre Akaza.

— El criminal de las catacumbas fue un caso a cargo de la guardia privada del sultán ¡Su Alteza, perdone todos mis crímenes, sólo soy su ferviente servidor! — el hombre entregó el sable y su frente tocó el suelo.

— Ummm — Kyojuro llevó su mano al mentón y miró al servidor público rendido ante él. — No vuelvas a dirigir tu arma contra los indefensos;tu deber es protegerlos, nunca abusar de ellos.

— ¡S.. SI, SU ALTEZA, ASÍ SERÁ SIEMPRE. SOLO VIVO PARA SERVIR A LA FAMILIA RENGOKU.

— ¡Y al pueblo de Agrabah! — añadió el príncipe.

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Tres semanas transcurrieron desde que el sultán se enclaustró en sus aposentos para comenzar a desintoxicarse de su malsana adicción al alcohol.

Kyojuro sabía que su padre aún no estaba ni cerca de lograr una saludable recuperación, pero necesitaba entrevistarse con él. El reino estaba más descuidado que nunca, pues Muzan estaba ausente, los consejeros de gobierno se encontraban divididos pues unos eran leales al sultán, otros al visir y unos pocos exigían que el príncipe Kyojuro gobernara anticipadamente. Aunque algo estaba claro: las arcas del sultanato se estaban vaciando precipitadamente y aquello no auguraba nada bueno para la política y economía local.

El príncipe se atrevió a traspasar los aposentos de su padre los cuales estaban vigilados moderadamente por su guardia personal y Kyojuro aprovechó para interrogarlos sobre el paradero de Akaza, pero no obtuvo éxito. Aunque ninguno le habló de una ejecución reciente y esa mínima esperanza le hizo sentir alivio.

Noches de Agrabah [Akaza x Rengoku]Where stories live. Discover now