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Cerró los ojos y dejó que el agua cayera sobre su rostro. No es que la idea de tener relaciones con su novio le molestara, para nada. Pero había un sentimiento en su pecho que le impedía hacerlo.

Era como si tuviera un mal presentimiento, no estaba seguro de que, solo sabía que estaba presente y que lo hacía sentir mal.

"Todo está bien, Jisung."

Suspiró sin abrir los ojos, sintiendo el agua caer por su cuerpo.

"¿Ya casi terminas?"

La puerta se abrió levemente, y los ojos de Minho se enfocaron en su espalda desnuda, mirándolo a través del vidrio semi transparente.

"Literalmente entré hace 5 minutos."

Dijo sin girarse, pasando sus manos por su rostro para retirar el exceso de agua.

"Bien."

Escuchó la puerta cerrarse y suspiró. En realidad, no sabía que esperaba del contrario ante aquella pregunta, nunca estaba seguro de que esperar de Minho.

"Mierda."

Se giró levemente, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el cuerpo de su pareja semi desnudo frente a él.

"¿Qué haces?"

El mayor terminó por retirar su ropa por completo, justo frente a sus ojos.

"Ahorremos agua."

Sonrió y se acercó a la puerta de cristal, abriéndola cuidadosamente.

"Muévete, Hannie. Quiero entrar."

Su cuerpo retrocedió por inercia y el cuerpo de Minho entró en el reducido espacio. El mayor cerró la puerta de cristal y lo miró sonriendo.

"Honnie."

Dijo bajito, la cercanía era demasiada, al punto en el que sus narices podían rozarse con tan solo un movimiento.

"Oh."

La sonrisa de Minho desapareció cuando sus ojos notaron las pupilas apagadas de Han.

"¿Qué te sucede, bebé?"

Sus manos tomaron sus mejillas de la nada, haciendo que el menor se sintiera confundido.

"Tus ojitos están tristes."

"No sé de qué hablas."

Dijo desviando la mirada, perdiéndose en la botella de acondicionador como si fuese lo más interesante del universo.

"Han..."

Las manos de Minho bajaron con delicadeza, rozando desde sus mejillas hasta posarse en sus hombros.

"Está bien, puedes decirme."

"No es nada."

Las cejas de Minho se encontraron en el centro de su frente al escuchar el susurro de sus labios, no quería forzarlo a hablar, pero tampoco quería que se sintiera triste por sí mismo.

"Está bien, no tienes que hablar de ello si no estás listo."

Y ahí estaba una vez más, la voz de Minho logrando meterse en lo más profundo de su ser. Sus ojos regresaron a los contrarios, y sus manos se apretaron con algo de fuerza.

"Minho."

Dijo como pudo, con el labio inferior temblando levemente y sus ojos comenzando a nublarse.

"No, no, no."

Dijo Minho con un poco de pánico en la voz, no estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones por lo que se limitó a abrazarlo con fuerza, reposando una de sus manos en el mojado cabello ajeno.

"¿Qué pasa, bebé?"

Los brazos de Han rodearon su torso de forma floja, mientras por sus ojos caían cálidas lágrimas que terminaban por perderse en el cuello de Minho.

"No lo sé."

"¿Cómo no vas a saberlo?"

Su pequeño cuerpo comenzó a temblar levemente, y el corazón de Minho se apretó con fuerza en su pecho.

"¿Nana está bien?"

Y Han lo supo, supo que ese mal presentimiento se relacionaba con su abuela en el momento en que su nombre salió de los labios de su pareja.

"No lo sé."

Susurró, pero Minho no estaba conforme con eso, por lo que lo alejó de su cuerpo y lo tomó por los hombros.

"Hannie, Nana está bien. Ayer lucía perfecta."

Dijo en un intento de tranquilizarlo.

"También antes de venir."

"¿Entonces?"

"¿Y si algo pasa?"

Lo miró directo a los ojos, con la punta de la nariz enrojecida y los labios hinchados de tanto morderlos. En ese específico momento...Minho se sintió como si lo hubiesen apuñalado, se sentía indefenso frente al contrario, como si no pudiese hacer más que mirarlo sufrir en silencio.

"Bebé."

Bajó sus manos hasta las del menor, tomándolas con fuerza.

Porque si el mundo de Han se desmoronaba, el suyo caía junto con él.

"No podemos evitar que las cosas pasen, y tampoco podemos ser tan egoístas con Nana."

"No soy egoísta."

Hizo un puchero. Minho suspiró, intentando ganar algo de tiempo para encontrar las palabras indicadas para lo que estaba por decir.

"Sé que amas a Nana, yo también le tengo demasiado cariño. Pero pensar en que te dolerá cuando se vaya es algo egoísta ¿Alguna vez has pensado en cómo se siente ella?"

El cuerpo de Han se hizo pequeño en su lugar, y sus ojos bajaron hasta el pecho de Minho, evitando a toda costa su mirada.

"No quiero hacerte sentir mal, amor."

"Pero tienes razón."

"Solo quiero que te des cuenta de que es algo que no podemos evitar, al igual que contigo o conmigo. Es algo que en su momento debe suceder, y nos va a doler."

Lo acercó para poder abrazarlo nuevamente. Esta vez sin poder sentir los brazos de Han rodeando su cuerpo.

"Pero yo estaré a tu lado todo el tiempo. Y sé que cuando ese momento llegue podremos superarlo juntos, Hannie."

"Lo sé."

Sorbió por la nariz levemente, sintiendo el agua tibia caer en la piel de su espalda.

"Sólo es algo que no quiero afrontar aún."

Los labios de Minho se apretaron y sus manos comenzaron a dejar caricias vagas sobre la espalda de su novio. Él tampoco quería afrontarlo, y para ser sinceros se habría escondido debajo de la cama para poder huir del tema como cuando tenía 8 años.

Pero Minho ya no tenía 8 años, y el chico entre sus brazos tampoco... Y por más que les doliese a ambos, no podían seguir evitando hablar al respecto.

"Yo tampoco, Hannie..."

Los brazos del nombrado rodearon su torso con fuerza, y por entre las gotas tibias que caían sobre su piel pudo diferencias las que provenían de los ojos de Han.

"Yo tampoco."

Terminó por susurrar, aferrándose al tembloroso cuerpo de Han.

Hannie!!Where stories live. Discover now