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Se agachó para poder tomar el cartón de huevo que se encontraba al fondo.

-En momentos como estos agradezco que duermas en ropa interior.-

La voz de Minho lo hizo dar un pequeño salto en su lugar. Se levantó y giró su rostro para poder mirarlo.

-Eres un pervertido.-

El contrario rio, y él tan solo rodó los ojos.

-Pero ya en serio ¿Cómo te sientes?-

Cerró el refrigerador y dejó los huevos junto a la estufa.

-¿Cómo debería sentirme?-

Dijo riendo, tomando un sartén y encendiendo la estufa. La verdad detrás de ello, es que no sabía si Minho se refería a lo que había pasado o si se refería a como se sentía después de ello.

-No estoy seguro. En lo que leí decía que a veces podía doler mucho.-

Las manos ajenas lo tomaron de la cintura, pegando su espalda a su pecho. Así que a eso te refieres. Claro que si ¿Por qué te importaría como se siento?

-Déjame cocinar tranquilo.-

-Solo quiero un beso de buenos días.-

Minho rio mirando el reloj que reposaba en la pared a sus espaldas.

-Bueno, un beso de medio día.-

Comenzó a romper los huevos sobre el sartén, pero los vellos de su nuca se erizaron y dejó salir un casi imperceptible gemido cuando las manos del contrario comenzaron a acariciar su cintura. Se odiaba por ser tan débil ante Minho.

-Pensé que jamás pedías besos a las chicas con las que tenías relaciones.-

Ladeó su cabeza, dando acceso a los labios contrarios de jugar un poco.

-Ayer dijiste lo mismo, así que diré lo mismo que dije ayer, tú no eres las chicas con las que tengo relaciones.-

Su corazón dio un salto en su pecho y una sonrisa se alojó en su rostro.

-Sé que te gusta que te den mimos.-

-Si me gusta.-

Minho sonrió y apagó la estufa. Lo obligó a girarse y lo ayudó a sentarse sobre la isla de la cocina. Sus piernas rodearon el cuerpo del contrario, mientras las manos del mismo acariciaban la cintura de Jisung con delicadeza.

Sus labios se unieron y sin poder evitarlo sus dedos comenzaron a jugar con el cabello de Minho.

-Olvidé decírtelo.-

Comentó Minho en medio del beso.

-Bangchan llamó.-

Sus ojos se abrieron de golpe cuando un golpeteo en la puerta principal se escuchó por toda la casa.

-Mierda.-

Se separó rápidamente, mirando el reloj que reposaba en la pared solo para maldecir mentalmente ¿Cómo pudo haber despertado tan tarde?

-Ve a vestirte, yo iré a abrirle.-

-Bien.-

Corrió hasta la habitación de su mayor y tomó lo primero que encontró, intentando calmarse en el proceso. Todo estaba bien ¿Cierto? Minho se estaba portando decente, incluso estaba siendo lindo con él.

-Lamento la tardanza.-

Pudo notar la sonrisa orgullosa de Minho al verle, porque no era la primera vez que compartían la ropa, pero Han sabía que estaba satisfecho al verlo usando su ropa después de lo que había sucedido. Ahí estaba de nuevo el sentimiento de objeto.

Hannie!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora