Mr. Devans II

132 11 12
                                    

Para que sueñen lindo, señoritas...

Dominic:

Suspiro ante la imagen que me entrega Dannie sentada sobre mi escritorio con la falda enrollada hasta la cintura y sus piernas abiertas de par en par.

Su pecho sube y baja de forma constante a la expectativa de mis acciones, por lo que paso mis brazos por debajo de sus muslos y tiro de ella más cerca sujetandola para evitar que cierra las piernas, encorvo mi espalda de una forma muy incómoda pero acercandome a su entrada.

me detengo ahí, observando sus reacción y cuando mis ojos conectan con los suyos, jadea, y jadea más fuerte cuando sin apartar la mirada mi lengua se desliza por su hendidura.

—Maldita sea... 

Echa su cabeza hacia atrás y me niego a dilatar más el momento para saborearla por lo que pego completamente mi boca en su vagina, paseo mi lengua por su raja y succiono sin misericordia haciendo que se estremezca.

Una de sus manos va hacia mis cabellos mientras de la devoro gustoso de saborear y tragar cada fluido que suelta.

—Señor Devans... —gime mi apellido y deslizo una de mis manos por su muslo, antes de pasar dos de mis dedos de manera superficial y una vez humedecidos introduzco uno a uno.

Se estremece bajo mi toque y aprieta sus labios tratando de reprimir sus gemidos.

Lamo su monte y bajo concentrándome en lamer y succionar su clítoris mientras muevo mi mano, follándola con mis dedos.

Sus piernas tiemblan y lucha por alejarme, pero sus ganas por llegar la tienen empujando y tirando de mis cabellos, que incluso resulta un poco doloroso pero no me detengo.

Quiero saborearla por completo y me burlo mentalmente cuando se corre en mi boca, atrapo con mis labios todo lo que suelta y mientras tiembla por su orgasmo continúo follándomela con la boca, haciendo que suelte un grito desplomándose sobre mi escritorio, encorvando la espalda y buscando sujetarse de algo más que la lisa superficie.

No la dejo bajar de su nube post orgasmo atendiendo su clítoris causando que se corra por segunda vez.

Uno de sus tacones se enganchan en mi hombro y de forma dolorosa consigue apartarme de ella.

—Vas a matarme, dame un respiro. —dice agitada con la mano en el pecho que se sacude de forma frenética.

Alza la vista hacia mi, y le correspondo alzando mi mano húmeda por sus fluidos antes de introducirlos en mi boca, cosa que la hace jadear.

Jodidamente he muerto... —no entiendo lo que dice pero luce tan extasiada que asumo que es diciéndome que siga.

El sonido de mis pantalones cayendo al suelo la hacen volver a mirarme.

Una de sus cejas se alza cuando abro uno de los cajones de mi escritorio consiguiendo un condón.

—Dime, Dominic ¿Qué número soy? —su tono no es de enojo, suena poco sorprendida y eso ofende un poco mi masculinidad.

—Los condones son para cuando me masturbo, Dannie —no entiendo porqué mierda se lo explico pero lo hago—, no quiero dejar un reguero que luego tendré que limpiar antes de volver al trabajo.

Soy un hombre inteligente, ¿Qué te puedo decir?

Asiente como si creyera poco en mi, y eso me enfurece un poco.

—De rodillas sobre mi silla, Dannie, por tu comentario impertinente te voy a follar hasta que todos en este maldito edificio te escuchen.

Dame una noche más [+18]Where stories live. Discover now