Feliz cumpleaños

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Con mi cumpleaños a la vuelta de la esquina, realmente esperaba que Nicolas hiciese algo especial pero de forma extraña había empezado a distanciarse de mi.

Soy el estúpido cliché andante de la chica que se enamoró de su mejor amigo, muy a mi pesar.

Sentada en el pasto de la facultad, logro divisar a Harris —ella y yo compartimos el mismo nombre por lo que suelo llamarla por su apellido—, que se acerca campante con una pila de libros, que por poco le dificultan la vista.

—¿Has asaltado una librería? —pregunto divertida cuando se desploma frente a mi.

—Sería una maravilla, Sara, pero lamentablemente no —me hace un puchero antes de suspirar—, estúpido profesor, dice "Deben disfrutar de sus vidas universitarias, socializar y fraternizar con sus compañeros", tres segundos después, nos envía lecturas como si estudiaramos literatura y no psicología.

—¿Todo eso es solo lecturas?

—Nah —le resta importancia— hoy también me llegaron los libros que pedí.

Sube y baja las cejas con sugerencia y me río girando el rostro cuando me siento observada.

Es Nic, y cuando nuestros ojos se encuentran él aparta la vista, continuando con su recorrido.

¿Dónde quedó el amigos por siempre, Nic?

Suspiro volviendo mi vista a Harris, que rueda los ojos sabiendo quien es el causante de mis suspiros.

—No me hagas hablar del idiota mayor, que fácilmente terminaré rompiendo las hojas de mis lecturas solo por liberar tensión.

—Tranquila, Hardin Scott, que ya se te ven las red flags. —me burlo y ella abre la boca con indignación.

—Pude haber aceptado cualquier otro personaje, incluso el tóxico del ladrón follon, pero ¿Hardin? ¿Por quién me tomas, Sara?

Harris y yo nos reímos un rato más hablando de otros personajes cuando su móvil suena y ella sale a toda velocidad maldiciendo cuando se le caen los libros.

—Ahora no, carajo.—la escucho decir recogiendo los libros y continuando con su andar.

Los días pasaron hasta el día de mi cumpleaños número diecinueve.

Mamá insistió en hacerme una pequeña reunión con mis compañeros de la universidad, la cual decliné conociendo la actitud loca que tomaban las chicas luego de un trago... de limonada.

Mi plan perfecto era pasar el día sumergida en la historia de mi nuevo amor literario, riendo y llorando junto al libro, pero fui interrumpida cuando la puerta de mi habitación fue abierta con delicadeza.

Nicolas......

Sus cabellos rojizos fueron los primeros que noté —¿Cómo mierda no hacerlo?— sus pecas son todo un espectáculo en su rostro  y sus ojos jade consiguen hipnotizarme.

Me levanto de mi cama, alterada por su presencia en mi habitación.

—¿Qué- qué haces aquí?

Sus ojos conectan con los míos y luego bajan por mi cuerpo, la vergüenza se alza en mis mejillas tirando de mi camiseta hacia abajo para evitar que viese mis calzones.

¡Estaba cómoda en la privacidad de mi habitación!

Sigo el movimiento de sus manos cuando suben a sus cabellos, cuando los retira de su rostro.

—Tu mamá me llamó, dijo que iba a salir y no quería que te quedarás sola por tu cumpleaños.

¡Mamá! ¡¿Porqué me haces esto?! ¡Es traición!

Dame una noche más [+18]Where stories live. Discover now