Una noche entre las estrellas.

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Ufas... Espero tengan la garganta afinada para gritar.

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Ellen:

Suspiro antes de formar la mejor de mis sonrisas con hoyuelos incluídos, y bajar de la furgoneta.

Mi piel morena resalta bajo el vestido rojo, mientras que los tacones consiguen que mi estatura aumente a unos humildes 1.76.

Los flashes de las cámaras consiguen cegarme de forma temporal, antes de que me ayuden a subir un par de escalones y poso ante las personas que gritan mi nombre.

Un poco más de lo mismo.

Saludo a los que me aclaman, como a los artistas que reconozco y conozco.

Me atrapan en pequeñas entrevistas antes de poder subir e ingresar al evento.

-¡Ellen! -el grito de Yanirit consigue sacarme una sonrisa mientras me acerco a ella.

-Pero si es mi actriz favorita. -la fastidio haciendo que ruede los ojos.

-Supera ese cortometraje, no lo quiero ni recordar.

Su rostro se ilumina cuando ve tras de mi y estoy esperando el apretón en mi cintura que no tarda en llegar.

-Hola, Yani... -la sonrisa en su rostro la embelesa como siempre. -Mi Ellie.

El saludo para mi, es susurrado a mi oído, por lo que retengo mis ganas de suspirar ante la atención de semejante hombre.

-¡Mira nuestro eterno soltero! -varias miradas van hacia nosotros por el escándalo y mantengo mi sonrisa.

-Déjalo, Ackermann. -lo defiendo sintiendo su mano ajustarse a mi cuerpo.

-Siempre tan bromista, Yanirit.

Noto el intercambio de miradas que surge entre mi amiga y el hombre a mi costado antes que ella finja encontrar a alguien más y se excuse, dejándonos solos.

-Ni cinco minutos, Evans, cada día te superas más.

Escucho su risa en lo que termina de rodearme con sus brazos.

-Me estoy cansando de ser el eterno soltero, Pavlov.

-Entonces deberías conseguir novia. -lo fastidio a lo que me gruñe.

-Tengo una que se niega a dejarme hacerlo público.

Finjo limpiar el polvo inexistente del hombro de su traje, solo para poder tocarlo.

-Solo un tiempo más, lo prometo. -mi mirada se mantiene en la suya.

Lo escucho suspirar mientras asiente ante mis palabras.

Las personas a nuestro alrededor jamás dirán lo que sucede aquí dentro, no hay paparazzi ni extensivos gritos externos, solo debemos ser precavidos ante las grabaciones que suben a sus redes sociales.

Mis manos se mantienen en su cuerpo antes alejarme de él.

-Debo ir a hacer el cambio de vestuario, no aguanto más este vestido de princesa. -mi excusa no parece afectarlo al momento que me suelta y siento la falta de sus manos sobre mi.

Dame una noche más [+18]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu