CAPÍTULO 2:MUNDO EXTERIOR..

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Leo seguía castigado pero a sus amigos no les interesaba en lo absoluto, sólo querían ver el mundo exterior al igual que él.

Hoy era el día perfecto, al no estar la gente que solía estar al pendiente de ellos, sería mucho más fácil salir.

Existían tres tipos de curanderos.

Los primeros estaban los farsantes, esos eran abundantes, sólo querían conseguir dinero a costa de otros con engaños.

Lo único bueno de ellos era que no lastimaban a otros, su única intención era conseguir dinero, pero sin lastimar a la gente. Al menos la gran mayoría.

Luego estaban los "buenos" ya que estaban para ayudar a otros, ya sea usando hierbas de la naturaleza, sacrificando algún animal o cosas por el estilo, ellos no le hacían daño a nadie, y sólo estaban para proteger y cuidar.

Si había algún espíritu que estuviera atormentando a alguien él o ella lo solucionaba.

Así como en otros países existen los chamanes, en África también había algo parecido a eso.

Se les llamaba de diferentes maneras dependiendo de la tribu, pero en español eran más conocidos como curanderos o brujos.

Y luego estaban los más peligrosos, esos que eran capaces de todo, por conseguir lo que quisieran.

Ellos provocaban desgracias tras otra, incitaban a otros que acabaran incluso con la vida de sus seres queridos a cambio de riquezas y fama.

Se decía que ellos eran uno de los principales causantes de que las personas albinas fueran perseguidas.

Con algún órgano o parte del cuerpo de una persona albina, la gente conseguía dinero fácil. Y esos curanderos podían realizar sus rituales sin ningún problema.

Por eso es que mucha gente creía que lo veían como un negocio.

Mientras que los curanderos podían conseguir esos órganos para realizar sus rituales sin ningún problema, los que los perseguían podían conseguir dinero fácil, a costa del dolor y la vida de gente inocente.

Aunque Leo entendía y respetaba a los que creían en eso, no entendía porqué se tenía que lastimar a otros por una riqueza y fama temporal.

Todos algún día morirán y cuando se vayan, no se llevarán esa riqueza y esa fama en el más allá. Osea que no le veía ningún sentido.

Creía que era mejor aprovechar el tiempo, vivir la vida sin hacerle daño a nadie, porque de todos modos los seres humanos eran temporales, esto sólo era un viaje, nada más.

—Leo ya es hora.

Ese era André que le estaba bajando de su nube a Leo, había estado pensando tanto en lo que le habían contado que se le olvidó que André le estaba hablando, o más bien regañando.

—Has entendido el plan? —preguntó Lucas.

—Sí.

En realidad Leo no había entendido nada, cómo lo iba a hacer si estaba en las nubes, prefería eso que escuchar el plan y ponerse aún más nervioso de lo que ya estaba.

—Dicho esto, más tarde saldremos cuando empiece el baile de ebolaza. —explicó André.

Desde que Leo tiene memoria siempre ha visto que a los del refugio les ha gustado siempre dos cosas que les entretenía mucho, el baile y el canto.

Como vivían con una escasa electricidad, ese era el único pasatiempo que solían tener, bueno uno de los pocos.

El ebolaza era un baile tradicional, en el que uno ponía una toalla en su cintura o cualquier tela que tuviera el aspecto de ella.

MALDITO.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang