EL SECRETO DE FERİHA 4

CAPÍTULO 83

CHIC@S, ACÁ LES VA UNO DE LOS CAPÍTULOS QUE MÁS ME GUSTÓ ESCRIBIR, ¿SERÁ QUE PRONTO FERIHA Y EMIR SE ENCONTRARÁN?
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Feriha se despierta, luego de estar horas dormida en la camilla del hospital. Ella estaba un poco adolorida, aunque los dolores de cabeza habían cesado. Trata de hacer fuerza para sentarse. Mira a su alrededor y comienza a llamar a Levent. La enfermera la escucha y le dice que su novio no se encontraba. Feriha mira a un costado y ve la carta, totalmente expuesta para que ella pudiera leerla. Estira su brazo y la toma.
En esa carta Levent contó todo lo que hizo y también contó toda la verdad acerca de la historia de Feriha.

Querida Melek

Sé que debería haber puesto otro nombre en el destinatario de esta carta, pero te juro que me cuesta mucho escribir ese nombre sobre el papel

Te escribo en esta carta sobre todo lo que no puedo decirte cara a cara, porque no tuve, no tengo y no tendré jamás el coraje para hacerlo

Yo te he estado mintiendo desde hace más de un año. Desde que te vi peleando por vivir, allí, en esa cama de hospital. Cuando me enteré de tu accidente dejé todo atrás y fui hacia ti.

Recuerdo que todos los doctores decían que tú estabas muerta. Yo no pude decirte nada, porque horas antes estabas vistiendo un hermoso vestido blanco, tomando la mano al amor de tu vida, siendo libre y feliz.

En ese momento me di cuenta que ese era tu destino, todo lo que siempre habías soñado. Por eso, decidí irme. Sabía que si tú eras feliz, de algún modo yo también lo sería

Cuando recibiste el disparo, fui directo a la clínica pero nadie me dejó pasar. Si eso iba a terminar así, quería por lo menos despedirme de la persona que cambió el rumbo de mi barco, y por ello me puse un vestido de enfermero e ingresé a tu habitación. Tú ya estabas "muerta" según los médicos. Vi tu cara y mi mundo dejó de tener sentido... hasta que te vi intentando pestañear. Ese día te llevé conmigo, te cuidé más de un año, te levantaste del coma y terminamos aquí... en Ankara

Es curioso pensar que te conocí siendo la hija del conserje, tú pensabas que yo era alguien extraño, e introvertido. Yo pensaba igual de ti. Luego, tú comenzaste a tutearme y también a contarme de tus problemas, yo siempre estaba dispuesto a ayudarte, aún en tus mentiras, cosa que yo no puedo sacarte en cara, y no lo haría nunca. No lo haría nunca porque sé exactamente cómo te sentiste. Debilidad, miedo, desespero... todo eso.

Siempre quise creer que los errores de Emir te acercarían más a mí. Que lo dejarías de amar. Pero erré. Ustedes son como las piezas de un rompecabezas, se complementan...

Sé que estás pensando que soy la peor persona que existe, que no valgo la pena para nada. Lo acepto. Cuando te dije que me había enamorado de ti, recuerdo que trataste de culparme por eso. Yo te había dicho que no podías culpar a la que yo sentía. Ahora, la culpa la acepto totalmente

Los últimos tres años fueron los más largos de mi vida. Estábamos los dos, en América. Tú terminando tu carrera universitaria y yo apoyándote para que lo lograras. Lo lograste, comenzaste a trabajar muy duro, y así te volviste una gran empresaria. Estábamos juntos en todo, aunque tan distantes en esos años. De todas formas, yo estaba feliz de estar a tu lado. Nada más importaba

Escribir esta carta es más difícil de lo que piensas, porque no puedo encontrar palabras para expresar todo lo que quiero decirte y como me siento, aunque eso ya no importe. En el fondo de mi mente, sabía que todo esto podría terminar mal y que tarde o temprano ibas a descubrirlo todo, pero me dejé llevar por el corazón. Por ti, fui más corazón que cabeza