EL SECRETO DE FERİHA 4

CAPÍTULO 82

Levent estaba totalmente acorralado. La salud de su amada, su estado financiero y los testigos estaban siendo demasiado para él. No podía continuar ni un momento con toda esta actuación. Si él seguía, ella podría empeorar. Cuando Levent decidió llevársela no había pensado fríamente todo lo que debería hacer. Sólo se dejó llevar por sus emociones. Por un momento él sale hacia la cafetería mientras Feriha duerme sobre su camilla, y comienza  a tener otro sueño revelador: en él se ve a ella misma caminando por el borde de una playa, con Emir tomándole la mano. Ella lo ve claramente, ambos se miran a los ojos y en el momento que se acercan para darse un beso Feriha despierta de un grito. Despierta toda agitada y sudada, razón por la cual se quita el suero, se levanta y se va a bañar en la ducha de su habitación de hospital. En la ducha, Feriha llora porque no puede recordar al chico de su sueño. Ella restriega sus manos en su cabello mientras comienza a llorar. Su cabeza le da vueltas alrededor y no puede pensar claramente. Manos temblorosas, pulso alto y mareos no eran buenos síntomas. Termina de bañarse. Se coloca la bata y al abrir la puerta sus fuerzas se desvanecen y vuelve a desmayarse. Levent entra momentos después, y al verla tirada en el suelo actúa rápidamente llamando a los enfermeros. La levanta y la coloca encima de la cama. El doctor encargado entra y se molesta por el hecho de que se haya quitado el suero. Se le había bajado la presión repentinamente. Ahora Levent si estaba atrapado. El médico le recomienda que Levent vigile a Feriha muy bien, ya que estos ataques que tenía no eran normales. Finalmente, para rematar, el doctor le pregunta qué tipo de medicación tomaba, pero él ni se acordaba el nombre, ya que las ignoró completamente porque todo el tiempo él había estado usando placebos en ella.
Ya no tenía nada más que hacer, toda la situación se había salido de control. Él empezó a pensar la forma repararlo todo. Él tenía la intención de decirle todo a Feriha, pero el rechazo de ella hacia él sería mucho para Levent. El camina lentamente hacia recepción y le pregunta a la recepcionista si le puede prestar una hoja y una lapicera. Ella le entrega lo que él pidió y Levent se dirige a cafetería. Allí comienza a escribir una carta donde revela toda su vida pasada, de él y de ella, además de una despedida. Una vez que termina de escribirla, devuelve la lapicera, dobla la hoja lentamente y se va a la habitación de Feriha. Ahí, deja la carta en la mesa de luz del costado y observa lentamente a Feriha por última vez. La ve tan frágil y fuerte a la vez. No puede creer que todo haya terminado de esta forma, pero entiende que ella nunca le correspondió. Entiende que ella amó a un único hombre, a Emir, y que eso no iba a cambiar nunca. Ni el tiempo, ni la distancia serían capaces de cambiar lo que ella sentía en el fondo de su corazón. Él pide disculpas, besa su frente y se va del hospital. Cuando llega al departamento arma su bolso y se va. Deja sobre la mesa una cartera llena de dinero, y con los papeles del departamento. Él trataría de remediar todo, aunque sea dejándole dinero por si decidiera ir a Estambul. Además, le deja una dirección anotada en donde podría obtener más información de ella. Para finalizar, deja las llaves adentro y la puerta sin cerrar. Toma el ascensor y le pide al portero si podría prestarle prestarle teléfono. El portero accede y Levent realiza una llamada.

–         Hola ¿policía?

–         Sí, habla con la comisaria de Ankara

–         Buenos días, mire, seré breve. Conozco el paradero de Ece Şahin, la mujer que estuvo fugitiva por el asesinato de Feriha Sarrafoğlu…

Levent le da los datos y cuando el oficial pregunta su nombre cuelga. Devuelve el teléfono  toma las llaves de su carro y se va de Ankara. Se despide de todo lo que vivió con Feriha, lamentándose de haberse acostado con ella sabiendo que ella no conocía su historia, de haberla engañado tantas veces. Se va, pero sin antes hacer algo más.

Gülsüm y Hande habían llegado a Estambul. Gülsüm llega al sótano de Etiler junto a su hijo mientras que Koray la sigue por detrás. Ella no podía evitar que él la siguiera, pero en el fondo solo quería aceptar sus disculpas y volver a su antigua relación. Hatice, que estaba yendo a visitar a Zehra en el sótano, la ve y ve a Koray siguiéndola, y no duda en armar una escena en la calle