CAPÍTULO 74

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La reacción en su mente fue demasiado extraña, no tenía una idea de quién era, pero en el fondo sentía que si. Feriha comenzó a pensar, pero nada se le venía a la mente. Mientras, Levent sale de la tienda y se dirige hacia Feriha.

–         Amor ya pagué. ¿Nos vamos?

–         Kerem, ¿conoces a una tal Hande Gezgin?

Levent quedó atónito con la pregunta, no sabía cómo se había acordado de ella, ni qué responderle, y por lo sorprendido que se había quedado deja caer las bolsas de compras.

–         Kerem ¿qué haces? Déjame ayudarte a levantar eso

–         No amor, no es nada, yo lo haré. Recordé que tengo una reunión en la empresa muy importante, déjame llevarte a casa y luego me iré

–         Está bien cariño, vámonos

Mientras iban en el auto, Feriha vuelve a preguntar lo mismo, ya que la curiosidad la estaba atrapando.

–         Kerem, no me respondiste si conoces a alguna chica llamada Hande

–         Em, no la conozco, mi vida. ¿Por qué lo preguntas?

–         Nada en especial, había salido de la tienda cuando vi un letrero que promocionaba una empresa de eventos, cuya dueña es una tal Hande Gezgin. Juro que había escuchado ese nombre alguna vez, pero no sé dónde. En fin, cuando me dejes estaré resolviendo el rompecabezas que compraste, eso me ayudará con la memoria, ¿verdad?

–         Si amor, trata de armarlo, y de no esforzar tanto la cabeza. Sabés que el doctor te recomendó que trates de hacer todas las ejercitaciones sin hacer un sobre esfuerzo mental.

–         Está bien, cariño.

Levent deja a Feriha en casa y se va directamente al lugar en donde trata de pensar. Se encuentra asustado al saber que tendrá ese nombre en la cabeza todo el tiempo. Pero lo que más le aterraba era que pronto comience a recordar e indagar sobre su pasado. Por ello, empezó a idear un plan de vacaciones, así podría aliviar el estrés que estaba viviendo y alejarla de los ex conocidos.

Por otro lado, Gülsüm estaba de regreso en Etiler, ya que había conseguido la licencia por vacaciones, y se tomó el primer autobús hacia la antigua casa de su tía.
Gülsüm desciende las escaleras hasta llegar a la puerta, toca la puerta y abre Hatice

–         Hola madre, ¿cómo estás?

–         Oh Dios, mi querida hija, ¿cómo estás tú? – Hatice saluda a su hija con dos besos en ambas mejillas

–         Muy bien madre, pero algo cansada de enseñar a tantos niños

–         Ay mi niña cada vez estás más adulta, ya eres una mujer completa, gracias a Dios

–         Bueno madre, entremos, ¿quieres que te prepare un té?

–         No hija, déjame prepararte uno a ti, y mientras tanto platícame, ¿cómo han sido estos años como maestra?

–         Fueron buenos, en muchos sentidos, no solo por mi independencia, sino que pude alejarme de todo aquello que fue malo para mí. Además, el trabajo me hacía olvidar un poco de que ya nunca veré a mi hermana de nuevo

–         Calla niña, no menciones nada referido a ella aquí. Tu tía Zehra ya no es la misma mujer que conociste cuando llegamos aquí por primera vez, está tan cambiada, ya no sonríe, ya no siente nada. Pobre de ella, aunque tu primo Ömer no está mejor que ella. Se la pasa todo el día afuera de casa, le ha costado mucho reintegrarse a la ciudad luego de haber vivido todo este tiempo en el pueblo. Siempre lo noto tan callado y distante de nosotros. Quizás la idea de haberlo llevado al pueblo no fue certera, pero bueno hija, hay que seguir adelante.

EL SECRETO DE FERİHA 4Where stories live. Discover now