Pero, extrañamente no vio a nadie.
Ella por supuesto pensó que habría parientes consanguíneos/de sangre de Valentine que la mantendrían en su lecho de muerte.
‘Ni Tristan, ni Lloyd, ni Vincent….’
Aria entro en pánico y se congelo por un momento.
Por el ruido fuera del cuarto, parecía no estar rodeada por guardias.
‘No hay nadie resguardando el cuarto’.
Ella encontró extraño que Sabina no tuviera a nadie que cuidara de ella.
‘Estoy segura que hoy es el ultimo día.’
El interior del cuarto era tan pequeño y simple que era difícil de creer que era un cuarto usado por la dueña del Gran ducado.
Quizás ses una estructura que considera el movimiento de un paciente con dificultad de movimiento.
Aria examino el monótono papel tapiz y el simple diseño de los muebles y encontró una cortina extendida/esparcida sobre la cama y giro a hacia ella.
‘Sabina.’
Más allá del velo estaba la sobra de la muerte que no se podía ocultar.
Respiraciones cortas y ligeros gemidos.
Aria estaba preocupada por la condición de Sabina, así que dio un paso adelante.
Al mismo tiempo, se escucho una voz fría como escarcha.
“Obviamente dije que nadie entrara”.
Aria estaba sorprendida.
Era un aliento áspero, roto y delgado que parecía romperse en cualquier momento.
Pero Aria sintió un espíritu audaz que no se podía ocultar en la voz.
‘Como un caballero, no, como un comandante… .’
Aria abrió los ojos y detuvo sus pasos.
La Gran Duquesa tocio y tocio y entonces le hablo.
“Márchate.”
“…..”
Ella solo hasta ahora era consciente de la situación.
Todas las personas quienes estaban custodiando a la Gran Duquesa fueron expulsados, para que ellos no pudieran estar en su lecho de muerte.
‘Ahora que lo pienso, he oído hablar de eso’
Cuando la enfermedad de Sabina se volvía critica, ella quiere estar sola y expulsa a todos.
Entonces, su esposo e hijo, quienes fueron incapaces de estar a su lado, estaban matando personas.
‘¿Por qué estas rechazando a todos?’
Talvez sea porque piensa que la enfermedad no podrá mejorar sin importar lo que ella haga.
‘O tal vez sea porque no quiere mostrarle a nadie su debilidad.'
Aria encontró el aspecto del hijo de Sabina, en su aspecto actual por alguna razón.
Ella penso, de alguna manera, que Sabina estaba siendo más dura apropósito.
“¿No te dije que te fueras?”
Aria dio un paso adelante y se paro frente del velo.
Sabina, giro su cabeza con enojo, pero laboriosamente, hizo una voz ligeramente sobresaltada por la sombra más pequeña de la que había esperado.
