The Sacrifice

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Bueno, ¿podrías mirar eso? La bella durmiente se despierta por fin de su letargo.- Alessandra Schultz permaneció en su posición frente a la estufa, revolviendo los huevos que estaba preparando para su familia mientras veía a su hija entrar a la cocina.

Hilarante/- Amalia se acercó a su madre y rápidamente la besó en la mejilla como una forma de decirle 'buenos días'.- Huevos de nuevo. ¿Estás lo suficientemente calificado para hacer algo más?

Tengo trabajo en una hora y bocas que alimentar antes de irme.- Su madre explicó por qué tenía la tendencia a hacer algo tan simple como huevos revueltos la mayoría de las veces.- Rápido y fácil es como lo hago. Me encanta o déjalo.

Huevos, entonces.- Amalia asintió enormemente, moviéndolo de arriba abajo como si fuera una cadete recibiendo órdenes de su superior.

Esa es mi chica.- Su madre levantó la vista de la sartén, enviándole la sonrisa más dulce posible, como siempre.

Algo sobre Alessandra Schultz fue tan brillante. Ni una sola vez derramó una lágrima ni se quejó de nada por lo que estaba pasando. Estaba enferma, pero seguía con su vida como si todo fuera normal. Fue valiente a pesar de todo. Y por muy asustada que haya estado, nunca hubo un momento en que lo demostrara.

Amalia abrió los ojos a la mañana siguiente cuando el sonido de su despertador sonó por toda la habitación, trayendo un gemido a sus labios. Sus ojos color avellana no pudieron evitar entrecerrar los ojos mientras se ajustaban a la luz brillante que brillaba en toda su habitación, dándole una buena llamada de atención.

Su padre irrumpió en el dormitorio, ajustándose la corbata para que su apariencia no fuera menos que perfecta cuando llegara al trabajo.- Ángel, estoy a punto de ir al trabajo. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?

No, estoy bien.- Se sentó en su cama, forzando una sonrisa en su rostro. Su voz era ronca ya que acababa de despertar, acompañando la sensación de sequedad en su garganta por la deshidratación.

Suspiró, soltando las manos de su traje y volviéndolas a bajar al costado de su cuerpo. Caminó hacia su cama y tomó asiento, sentándose justo frente a ella.-Eso espero.

Yo también.- Ella estuvo de acuerdo con él.

Los dos se sentaron allí en silencio, sin saber qué más tenían que decirse el uno al otro. Por lo general, él solo había entrado en la habitación para asegurarse de que ella estaba despierta y no llegaría tarde a la escuela, pero ese día en particular fue uno que no podía dejar pasar desapercibido. Era el cumpleaños de Alessandra Schultz. Y cada 365 días que llegaba, ambos se necesitaban el uno al otro más que nunca.

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Amalia cerró de golpe la puerta de su casillero, e instantáneamente se encontró con Lydia Schultz, quien aparentemente había decidido hacer un viaje de campo a Mystic Falls High School. Aunque Amalia no estaba hablando exactamente con su nueva hermana, eso no había impedido que Lydia intentara entablar conversaciones con ella a un ritmo constante, por molesto que supiera que era.

GOLDEN [Stefan Salvatore 1]Where stories live. Discover now