Emma miraba a todos sus hermanos parados ahí delante suyo, la única que sabia sobre el costo de la promesa era ella, y solo había mentido en que en verdad era, bueno en cierto modo. Ya que si; Him quería a su familia...
—Emma — el llamado de Ray la hizo volver a la realidad viendo a todos aquellos chicos que la miraban con confusión
Ella sonrió con calma y tomo la mano de aquel azabache —¿Vamos? —cuestiono al ver como él asentía
Ray la veía con algo de desconfianza, esa sonrisa era la misma cuando casi la habían comido esos demonios en una plantación y ella había obtenido unas marcas en su cuello, y parte de su hombro.
En cierto modo tenia desconfianza de las palabras de su pareja.
Emma soltó la mano de Ray escuchando un leve murmuró:—.... Lo lamento — la pelirroja se acerco al menor moreno tomando su mano
El azabache se había descolocado por esas palabras, creyó haber escuchado mal y cuando quería preguntarle, una de las niñas pequeñas había tomado su mano junto con Norman, quien estaba cerca de él...
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El mundo humano fue una gran sorpresa, pero como no siempre hay algo malo en todo eso y eso fue que toda aquella familia no encontraba a Emma, aunque todos habían ido juntos ninguno la había encontrado ya que no estaba en el grupo.
Así fue como paso el tiempo y todos esos dos años sin ella fueron deplorables y muchas de las veces al llegar el 22 de agosto, muchos se dieron cuenta que Ray no llegaba hasta mas tarde de costumbre a la casa o al siguiente día descansando mas tiempo en su cuarto.
Hasta que una de las noches que todo el grupo había decidido irse a buscarla en la "zona prohibida" o "zona roja" la cual los Ratris le habían prohibido cruzar...
Y ahí estaba aquel azabache viendo a aquella chica al juntar aquel colgante que alguna vez Mujika le había dado
—Emma... — su voz se sentía rota al verla ahí, sana y viva pero aun así esa pregunta fue la cual lo destrozó "¿Quienes son ustedes?" al cuestionar eso, él había dado entendido lo que había pasado ella había perdido todo lo que alguna vez había amado, a su familia... Aquellos recuerdos Him se lo había llevado como intercambio a que ellos tengan una vida mejor...
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Habían pasado dos años desde que Ray y Emma se habían mudado a la casa del abuelo, ayudando a construir las demás casas de sus hermanos quienes iban a vivir cerca de ellos.
Ray miraba aquel cielo azul, sentado debajo de un árbol siendo acompañado por Emma quien se encontraba durmiendo en el regazo de él.
El azabache se encontraba leyendo uno de los libros que había le había recomendado, el abuelo, hace un tiempo atrás. En un momento sintió como su pareja se quejaba en sueño, así que decidió dejar el libro de lado y comenzar acariciarle la cabeza, enredando de vez en cuando sus dedos por los cabellos de ella, tarareando una leve melodía de cuna que se sabia de memoria, la cual solo la usaba cuando estaba triste, hasta que Emma le dio otro significado a esa melodía
—Mmh... —los ojos verdes se hicieron visto por aquel chico
—Perdon ¿Te levante?— cuestiono este al disculparse
—No... Por favor sigue tarareando... Me gusta esa melodía —aseguro viendo como Ray solo abría sus ojos sorprendido y después solo sonrió y cerro aquellos orbes siguiendo con la melodía de cuna
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