39.- Jardin de las flores

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Era una noche donde la luna llena comenzaba a salir desde el horizonte, el prado estaba lleno de rosas blancas, las cuales salían dispersas cada mil años.

El aire hacia elevar los cabellos anaranjados de esa chica, la cual miraba con sorpresa a la persona que estaba parada delante suyo, un azabache de ojos Violetas con una sonrisa esplendida, llevaba un traje antiguo de oscuros colores y una capa que caía hasta llegar al suelo.

Este llevó una de sus manos hacia la mejilla izquierda de la muchacha acariciándola un poco con su pulgar

—Por miles de años te estuve buscando, por fin decidiste aparecer... —Murmuro el chico entristecido —Emma.

La chica no sabía como responder, él era casi de la misma altura que ella solo que la pasaba por unos cuantos centímetros —¿Qui- Quien eres? —cuestionó esta dando unos pasos hacia atrás con miedo en su mirada

Él sonrió de lado —Veo que no me recuerdas —Rio con diversión— ¿Vivir con los humanos fue difícil?— cuestiono al comenzar acercarse a ella —Una inmortal, viviendo con los mortales me da gracia —llevo una mano a sus labios escondiendo la risa que tenia su rostro

—No se de que hablas —dicto la chica  viendo como el rostro indiferente del chico se acercaba de poco a poco a ella —¡No te acerques!— exclamo viendo como él se detenía en seco en el lugar —¿Quien eres?— cuestionó al obtener un poco de valor

—Ray.—Dicto este tranquilo — Y tu pequeña me perteneces —sentencio inmediatamente

Emma trago en seco al escuchar ese nombre, comenzó a alejarse dando dos pasos mas largos que antes —¿Por que dices eso?— cuestiono viendo ahora la sonrisa del pelinegro

—Porque es cierto, tu eres de mi pertenencia, mi mas amado tesoro, que escapo hace miles de años escondiéndose en los pueblos de los mortales y olvidando tu pasado ¿Nunca fue raro ver envejecer a las demás personas y tu solo viéndote como una joven de tan solo dieciocho años? —cuestiono curioso y sonrió al ver como la chica bajaba su cabeza —Si lo se fue duro ver todo eso —comenzo acercarse a ella lentamente —Conozco ese dolor —la rodeo con su brazos en su cintura haciendo que ella se acerque a él —El odio de las personas cuando supieron la verdad que tu no puedes envejecer, estuviste escapando por mucho tiempo de eso para sobrevivir ¿no?—le murmuro al oído sin tener respuesta alguna —Si tu nunca te hubieras escapado, nunca hubieras sufrido ese dolor — murmuro al oído de ella

—No... —murmuro ella al comenzar hacer fuerza para intentar soltarse pero eso causo que él haga algo mas fuerza —¡ESO NO ES CIERTO! ¡NO CONOCES ESE DOLOR! —grito comenzando empujarlo para que la soltara —¡NUNCA LO CONOCERÁS! ¡PORQUE TU NUNCA LO SUFRISTE!— grito una vez mas viendo el rostro de enojo y esos ojos violetas ahora solo trasmitía lujuria e indecencia —Suelteme —se quejó inmediatamente al pegar al pecho otra vez

—No lo haré — dicto al tomar el mentón de ella y alinear su mirada, él se acerco probando esos labios de color carmesí que tanto deseo probar durante muchos años, paso su mano por su mejilla y después llegar hasta su nuca donde enredo sus dedos con el cabello anaranjado

Emma intento apartarse pero al intentarlo solo logro que ambos caigan al suelo aplastando algunas rosas blancas, las cuales algunas espinas llegaron a darle en la espalda y parte de sus piernas de Emma, haciendo que se queje entremedio de ese beso.
Ray se había separado de ella viendo como ella cerraba sus ojos con fuerza sin querer verlo, esperando a que él se fuera, pero el pelinegro comenzó a repartir besos por su mejilla llegando hasta su cuello donde murmuro cierta cosa que hizo tensar a Emma, cuando en un momento ella soltó un quejido ahogado al sentir como él mordía su cuello

RayEmma °One Shots°Where stories live. Discover now