Los días de invierno se hacían presente y las noches heladas no eran de esperarse.
Emma mantenía su vista en un gran ventanal que tenia su sala, aunque su expresión no era buena. Extrañaba mucho a alguien, su mas confiable confidente y la persona que tanto queria; su pareja la cual se encontraba fuera del país por su trabajo.
Las llamadas y mensajes no eran suficientes para ambos, aun así tenían que esperar, pero el tiempo se hacia mas largo y los días eran mas pesados.
Un suspiro salio de la boca de Emma, sus ojos se volvieron tristes y un murmuró salio de sus labios:— Te extraño — fue lo que dijo antes de cerrar la cortina antes de hacerlo vio unos copos de nieves que caían desde el cielo nocturno, esta sonrió pero aparto su vista recordando todos los tiempos que había pasado con Ray antes que se fuera.
Termino por cerrar esa cortina, y vio la sala y antes que se le cruce algo por su mente decidió por apagar la luz de ahí y luego dirigirse a su habitación.
Dejo su teléfono en una recomoda de noche y sin mas se tiro a la cama y sin mas se dispuso a dormir, antes que su celular sonara al llegar un mensaje, haciendo que lo tomara y lo desbloquee.
Un mensaje de Ray se hizo presente en su teléfono haciendo sonreír aunque fueran pocas palabras.
—Duerme bien ❤ —
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Emma había llegado de su trabajo al medio día su sorpresa no era grande al ver que sus amigos se hagan presentes a en su casa pero aun así las risas no faltaban, pero aun asi no era lo mismo. Se cumplía ya dos años desde que no podía ver personalmente a Ray, aun así no se acostumbraba pero mantenía su sonrisa para que nadie lo notara.
La tarde noche había llegado, Don y Gilda la llamaron porque una llamada de Ray había aparecido en su teléfono, ella lo tomo y se dirigió fuera del departamento a hablar
—Escuche que entraron a casa a hacer una fiesta— se escuchó la voz del azebache del otro lado con una risa contagiosa Emma sonrió y le contó inmediatamente lo que había ocurrido —En muy poco llegara algo para ti—
—¿Tu?— cuestionó Emma levantando una ceja
—mmmh... Sabes...—
—Lo se no podrás venir hasta que termines tu trabajo —comento la pelirroja dando unos pasos hacías adelante al hablar
—Perdon, te lo recompensare cuando llegue — prometió el del otro lado del teléfono
—Es una promesa...
—Emma, Gillian quiere darte algo —aparecio Nat en la puerta para llamarla —Es importarte.— comentó este sonriendo —Yo me encargare de tu novio —Agrego estirando su mano para poder tomar el teléfono
—Te lo encargo — comentó la pelirroja sonriendo al darle el celular y entrar a su apartamento.
En un momento alguien la tomo desprevenida de su espalda y terminaron por vendarles los ojos
—¡Gillian!— chillo Emma intentando sacarse la venda cuando recibió un golpe en su cabeza —¡Auch! ¡Oye no me pegues!— grito nuevamente dando un cabezazo hacia atrás llegando a pegarle en la frente a su amiga
—¡Entonces quedare quieta!— el chillido de Violeta se escuchó y nuevamente le golpearon su cabeza
—No arruines nuestro regalo Emma, lo trajimos desde muy lejos — se escucho ahora la voz de Oliver en la sala
