Emma se mantenía limpiando el salón de su escuela después de las clases.
Le tocaba a ella y a un compañero pelinegro y malhumorado, aunque nunca antes habían hablado o compartido algún trabajo; eran simples desconocidos.
Pero algo no cabía en la cabeza de la joven pelirroja, la cual estaba terminando de limpiando la pizarra del salón.
Se había cansado de tener una incomodidad en su espalda, una mirada la cual provenía desde muy al fondo del salón.
Emma se dio vuelta mirando como el azabache apartaba la cara mirando a la ventana — ¿Por que no ayudas a terminar a limpiar el salón? — El la ignoro haciéndola suspirar — veo que me pusieron a trabajar con un inútil — se quejo caminando al escritorio del profesor y acomodando la silla viendo como ahora la mirada de su compañero se volvió seria — ¿Que? —Cuestionó mirando los ojos del azabache
Este se paro de su asiento y se dirigió hacia donde ella, la cual retrocedió quedando a un paso de el.
— ¿Que haces? — la voz de pelinegro resonó en los oídos de la pelirroja
— ¿P-por que lo preguntas? — cuestiono esta viendo como el sin mas sonrió — Solo estamos aquí, porque el profesor nos nombro para que limpiemos el día de hoy — intento tranquilizarse pero no resulto
Ray era conocido por ser uno de los ciertos "Matones" de la escuela, el cual obtuvo su castigo por terminar peleando con varias personas dejándolas inconscientes en poco tiempo.
— Es aburrido estar limpiando ¿Que tal si...
—No. — Aseguró la pelirroja frunciendo su ceño — No pienso irme contigo.
Este sonrió y dio otro paso —oh~...— sonrió — Esta bien... Puedes terminar sola pero — este se acerco a ella tomando las mejillas de ella acercando su cara
— N- ¡No me toques! — chillo Emma cerrando sus ojos y empujando al pelinegro
Las manos del pelinegro la soltaron, ella sintió que el se alejaba pero nunca escuchó sus pasos pero si una maldición
— ¡¿Pero que mierda!? —
Emma abrió rápidamente sus ojos viendo como el chico comenzaba a levitar, despegándose del suelo y moviendo sus manos como loco.
Una mirada amenazante apareció en el rostro del pelinegro viendo a su compañera — ¿Que me hiciste? ¿Como bajo ahora? — cuestiono este intentando no alterarse de lo que ya estaba
— ¿Eh?... ¿Como... — murmuro — ¿Como haces eso? — apunto con un dedo hacia donde estaba flotando
— ¡Yo que se! — exclamó con enojo viendo lo confundida que estaba la chica — ¡Solo quiero que me bajes! —
Emma se tenso mirando principalmente sus manos y después al chico — ¿Como quieres que lo haga?
Este sonrió con agrado cerrando sus ojos y haciendo que el ambiente del lugar cambiara a ser uno de tensión — ¿Eres idiota o que? — pregunto con sarcasmo en sus palabras
Emma solo suspiro y nego con su cabeza — Prefiero que te quedes así, si te bajo no se que me harás así que quedate flotando — Aseguro comenzando a caminar hacia la puerta y abriéndola — Viviré con la culpa de mis decisiones —
— ¡Oye! — grito viendo como de un portazo ella cerro la puerta del aula donde estaban — ¡ANTENA! — grito este viendo que recientemente su cabeza llegaba al techo.
Solo pasaron unos minutos, siendo nuevamente abierta la puerta del salón viendo como la pelirroja traía un palo de escoba.
El azabache miro sorprendido y soltó una pequeña sonrisa
