—sueltame idiota —como me enseñó Wakasa le di una patada en la entrepierna, y salí corriendo.

Ellos casi me violan, sin dejar de lado que me partieron el labio de un golpe y talvez pueda que tenga una que otra costilla rota, además me robaron dinero mi celular la verdad eso es lo de menos, rasgaron mi blusa blanca del colegio.

Subí de nuevo a la calle, por siete ellos dejaron de seguirme, una señora muy amable de acercó a ver qué me pasaba

—si quieres toma mi celular para llamar a tus padres o algún familiar —ofreció amable.

—muchas gracias señora.

Tomé el celular en mis manos lo pensé un momento, mis padres estaban trabajando, no quería asustarlos, no tengo hermanos y mis amigos la verdad no sé si vengan, solo me queda una opción

—Wakasa —mi voz temblo cuando lo llame al el responder mi llamada.

—Tn, que pasa, estas bien ¿Sucede algo —se escuchaba preocupado por el modo en que lo llame.

—Puedes venir a xx, por f-favor —no quería que el me escuchara llorar.

—¿Tn que pasa? —se escuchaba preocupado.

Le di el teléfono a la señora, quién le explico lo sucedido, no lo dudo y colgo la llamada, seguramente venía en camino, la señora me ayudó a sentarme en una banca, me habia torcido el pie cuando salí corriendo de ese túnel.

No pasaron más de 10 minutos cuando la moto de Wakasa se estacionó, enfrente de nosotras bajo enseguida y se acercó a inspeccionarme. Con su mirada encontró cada uno de los golpes que tenía siendo el más visible el de mi labio partido.

—¿Estas bien?, te hicieron algo más.

—Estoy bien —lo abrace.

—Bueno yo debo irme, cuídense —dijo la señora y se fue sin más.

Noto mi blusa rasgada y se quitó su chaqueta/capa [no se como se llama] de la pandilla y me la puso en los hombros, después la acomode bien, me ayudó a levantarme para subir así moto, me quejé por el dolor en mi tobillo.

—Estas bien, te duele algo.

—Es solo mi tobillo, creo que me lo torci.

Me cargó en sus brazos y subimos a su moto, el me llevo adelante con el, me aferre a su torso, llegamos a casa u bajamos por siete no había nadie en casa, así que me subió hasta mi cuarto.

—Gracias Wakasa, perdón por llamarte, se que de seguro estabas ocupado.

—Eso no importa, llámame si lo necesitas, siempre estaré allí.

—Porque.

—Porque, no importa que, estemos juntos o no, siempre estaré para ti, dime quién te lastimó lo haré pagar por tocarte —se acercó a mí.

—Eso no tiene importancia ahora, estoy bien después de todo.

—como puedes decir eso, tienes el labio roto, un tobillo golpeado, mira tú ropa quiero pensar que..que.

—Tranquilizate —lo abrace— tu me enseñaste a defenderme, gracias a eso, no paso nada más.

El me correspondió el abrazo

—Tenia demasiado miedo, gracias por llegar rápido —solloce.

—Cuando escuché tu voz asustada, pensé lo peor, solo quería llegar a ti y protegerte, siempre a sido así pero no sabía cómo hacerlo esto solo es culpa mía.

—No es culpa de nadie y si lo fuera entonces sería de los dos, no quería que te fueras, pero no sabía cómo decirte que te quedarás.

—Yo tampoco quería, prometo que no lo haré, no me iré tampoco tu.

Asentí y nos separamos un poco para empezar un beso, me queje cuando sentí la parte donde mi labio estaba partido, el se alejó de inmediato..

—Creo que debemos curar primero tus heridas, y ese tobillo.

—Tienes razón, te amo Wakasa.

—Yo también te amo.

—Yo también te amo

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𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora