Capítulo 39.

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¿Cómo le digo que siempre la he amado?

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¿Cómo le digo que siempre la he amado?

—Solo mis pensamientos, Cuaderno de letras de Mark Zugadi

Vanessa Martin.

Mi madre me llenó de besos apenas había entrado en mi habitación en el hospital, papá por otro lado se había aguantado las ganas de llorar mientras tomaba mi mano como si no creyera que podía estar aquí.

Apenas había despertado tampoco podía creerme que estuviera ahí. Estuve tan cerca de que algo realmente fatal me hubiera pasado. ¡Por Dios! Me apuntaron con una condenada pistola. Pero finalmente todo había acabado. La verdad es que Trébol o Tanya o Caitlyn, como sea que se llamara, ella tenía razón en una cosa, jamás me olvidaría de ella. Aún recordaba cada detalle de su rostro al apretar el gatillo y como la sangre había salpicado hasta mi mejilla. Había sido una experiencia grotesca y aterradora con la que ahora tendría que vivir.

—¿Vanessa? —Eve llama mi atención por lo que trato de borrar de mi mente aquel suceso con Trébol. Aunque debo decir que era más fácil decirlo que hacerlo—. ¿Estás bien, hermanita?

—Estoy bien—respondo al ver como mis padres me miran preocupados y Eve evaluaba cada gesto de mi rostro—. Les juro que estoy bien.

—¿Mamá, papá, podrían dejarme a solas con Vanessa?

—No estoy segura de que...

—Karen, dejemos a las chicas hablar un rato, ¿sí? Vamos a conseguirnos algo para comer.

Mamá me mira insegura por lo que embozo una pequeña sonrisa para relajarla. Asiente y finalmente nos dejan a solas.

—Sabes que no tienes que fingir que estas bien. Lo que pasaste fue horrible, tal vez necesitarás un poco de ayuda después de esto.

—No quiero ver a mamá más preocupada de lo que está.

—Lo sé, pero créeme, la preocuparás aún más si no hablas con la verdad. Mamá tiene un detector de mentiras cuando se trata de nosotras.

—Uh, eres tú la que me estás dando un consejo, ¿desde cuando eres tan madura?

—Desde que le dije a Mark que sus canciones eran mis favoritas aunque fuera el que menos quería de la banda—Me carcajeo por aquello, Evelyn jamás aprendería.

—¿Cómo lo tomó Mark?

—Le horrorizó cuando le dije que era mi menos favorito—Creo que está exagerando pero desliza en sus labios una sonrisa de satisfacción, tal vez si dice la verdad y a Mark le picó un poco el comentario—. Creo que hasta logré herirlo.

—¡Esa es mi malévola hermana!

Ambas reímos divertidas, definitivamente Eve sabia como levantarme los ánimos. Pero había algo que me haría sentir mucho mejor, mejor dicho alguien.

MARK | Four Chips #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora