Capítulo 29.

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No son solo rosas o chocolates,

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No son solo rosas o chocolates,

quiero entregarte mi corazón y así poder amarte.

No son solo notas o letras las que formo con tu sonrisa,

es toda una maldita canción la que logro al escuchar tu risa.

— Sin título, Cuaderno de letras de Mark Zugadi.

Vanessa Martin.

Nadie entendía el verdadero sentimiento que sentía en ese momento. Si, estaba triste, pero la verdad es que estaba mucho más enojada que otra cosa. Esa... lunática se había cargado a mi Nemo, de verdad había matado a mi pez. En tan solo pensar que mi pobre Nemo debió sentir una desesperación horrible al ser sacado de su pecera, me hacía sentir terrible. Había cuidado tanto a Nemo para que pasara esto. La odiaba, odiaba a la lunática de Trébol. Oh, es que cuando la consiguieran iba a hacer que pagara.

—¿Por qué tienes esa mirada de quiero pegarle a alguien? —La observo y curiosamente ella también cargaba una mirada similar a la mía. Suspiro sabiendo el por qué.

—Dime que no fuiste tras Mark.

—Si no quieres una respuesta sincera entonces mejor me quedo callada—Eve toma una palomita de maíz del bol que Margarite había hecho para mí—. Debe alejarse de ti. Si esa loca hizo eso, no me quiero ni imaginar lo que podría hacer si sigues pululando alrededor del simio.

—¿Tienes un nuevo apodo para Mark?

—No es un apodo, es lo que es, un idiota aunque debo admitir que es un lindo simio.

—¿Cuándo vas a dejar ese odio que tienes contra Mark?

—Cuando te deje en paz, es más, cuando deje a todos los Martin en paz. Mi mamá también cayó en sus encantos y papá quisiera que el fuera su hijo antes que yo.

No puedo evitar reír, tal vez lo estaba viendo mal todos estos años, Eve realmente no odiaba a Mark, solo estaba celosa de toda la atención que el muchacho había recibido por parte de su familia.

—¡OH por Dios! ¡Estás celosa! —la acuso y ella me mira horrorizada.

—¿Yo? ¿Celosa de ese simio?

—Ay Evelyn, eres una tonta—no puedo parar de carcajearme lo que ofende de gran manera a mi hermana. Se levanta y empieza a caminar hacia la salida pero le impido caminar deteniéndola del brazo y obligándola a sentarse nuevamente en el sofá—. Pensé que todos estos años de odio hacia él habían sido porque te había rechazado o algo asi.

—Eso se une en el paquete.

—¡Eve!

Mi hermana se queda en silencio con el ceño fruncido mirando fijamente al suelo.

MARK | Four Chips #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora