Capítulo 14: Watch it as it flows through your hands.

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Nuestro amor
Fue escrito entre páginas
Que en cada rincón escondían lágrimas
Y gritaban por ser liberadas

Nuestro amor
Nació de una simple coincidencia
De una de las tantas vueltas de la vida
De el simple hecho de coexistir
Y de las idas y venidas de vivir

Nuestro amor
Fue aclamado por otros
Visto como el mejor ejemplo del cariño
Entre dos almas que vagaban por las calles
En busca de que sus corazones se callasen

Nuestro amor
Es magnífico
Y siempre lo ha sido
La envidia de todo el pueblo
Por enamorarse
Y nunca separarse

Nuestro amor es
No más que un romance propio de la literatura
Donde ambos somos los príncipes
Que hacia la luna se dirigen

Louis exhala al otro lado de la línea, sin palabras. —Es precioso.

—¿Tú crees? —Harry pregunta, con la esperanza atragantada. Se quita las gafas y las ubica sobre uno de los brazos del sofá, rascando el puente de su nariz levemente. —Lo escribí ayer por la noche.

—Me encantó. Todo lo que hagas va a fascinarme, ya deberías saberlo.

El rizado ríe, tomando de mejor manera el celular. —Eres mi mayor fan.

Puede sentirlo sonreír, incluso siendo incapaz de verlo. —Lo soy. Espero con ansias mi dedicatorio en tu primer libro, querido escritor. Sería una pena que te olvidases de tu tan empedernido fanático.

—Jamás. —y de la forma en que lo dice, suena como una promesa. —Serás al primero que le cuente todos mis planes y fantasías, aunque sean demasiado alocadas.

Promesas. Promesas. Promesas. ¿Serán inquebrantables? Harry y Louis desean pensar que, mientras estén juntos, nada podrá tirarlos abajo.

•••••••••••••••

Ted Tommo:
Elige un número del 1 al 10.

Harry Styles:
¿Para qué?

Ted Tommo:
Estoy en un restaurante y no qué ordenar. Hay 10 opciones, y te estoy dando la oportunidad de elegir por mí, así que hazlo con sabiduría.

Harry Styles:
2.
¿Qué acabo de elegir? Si se puede saber.

Ted Tommo:
Dios santo... una aburrida ensalada.
Harry Styles: ten en cuenta que si estuviese a tu lado, no saldrías vivo de ésta.

Harry Styles:
Tendrás que comerla.
Esas son las reglas del juego.

Ted Tommo:
¿Disculpa?
¿En qué momento el juego pasó a tener reglas?

Harry Styles:
En el segundo que me diste la chance de participar.

Ted Tommo:
Con cada día que pasa, te vuelves más descarado.

Harry Styles:
¿No serás entonces tú la mala influencia?

Ted Tommo:
Quizás sí.
Habrá que reducir nuestras horas de charla.

Harry Styles:
No :(
Me rehúso.

Ted Tommo:
Está bien, escritor. No muestres tus garras.
Seguirás teniéndome a tu alcance las 24 horas del día.

•••••••••••••••

Harry bosteza suavemente, tallando sus ojos con el dorso de su mano. —¿Te enojarías si me quedo dormido mientras hablamos?

A los segundos, Louis le responde. —También estoy cansado. Creo que seré yo el que se duerma primero.

—¿Estás subestimando mi capacidad para conciliar el sueño, acaso?

Oye una dulce risa, la cual inunda sus oídos y planta las semillas de las más hermosas flores por todo su interior. —Para nada.

El silencio llena la línea, y a ninguno parece molestarle. Una sensación de calidez los rodea, y no parecen querer acabar la llamada. Harry escucha como Louis se acomoda sobre el colchón, probablemente ya preparándose para dejarse llevar.

Y luego, hace la pregunta que hace tanto tiempo se le viene ocurriendo cada vez que habla con él: —¿De qué color son tus ojos?

A Louis lo debe haber tomado por sorpresa el repentino cuestionamiento, porque tarda un largo y arduo instante en idear una respuesta. —Azules. De pequeño, mi madre decía que tenía el mar pintado en la mirada. —hace una pausa, tragando saliva. —¿Y los tuyos?

—Verdes. Realmente me gustan.

—¿Sabías que solo un 2% de la población mundial tiene los ojos de ese color?

El rizado sonríe, sin poder contenerse. Su cuerpo entero se siente vivo. —¿En serio?

—Por supuesto. Eres un privilegiado.

—Supongo que sí. —el techo encima suyo se aprecia como una galaxia, extenso e infinito. "Así deben ser los ojos de Louis," piensa: los más azules del mundo. —Quiero verlos.

—¿Qué quieres ver? No logro comprender.

La vergüenza no existe en momentos como estos. —Tus ojos. Amaría poder presenciarlos en persona.

—Podrías hacerlo.

—Dime de qué forma, y haré hasta lo imposible para conseguirlo.

Louis parece apegarse incluso más al celular. —Déjame conocerte, y los verás.

—¿Solamente para eso? —trata de aligerar la tensión que aumenta con cada movimiento de las agujas del reloj, pero luce como una tarea imposible. —¿Qué sucedería si yo quiero más?

—Eres libre de hacer lo que quieras, Harry. Cualquier cosa que me pidas, trataré de dártela. —podría pedir tanto, esperar que Louis cumpliese sus deseos más anhelados, y las palabras no logran abandonar su boca. —Sin embargo, mis habilidades tienen límites. Al final del día, no soy más que un simple humano.

—¿Estás diciendo que no podrás bajarme la luna, entonces? Siempre he querido contemplarla de cerca, Ted.

El aludido hace un sonido en señal de afirmación, debatiendo mentalmente el pedido. —Va a ser difícil.

—La vida es difícil.

—Pero te tengo a ti. ¿Cómo pretendes que viaje a la luna en soledad, y que igualmente, sea capaz de regresar?

Harry observa con determinación por la ventana, tratando de llegar más allá del vidrio y las cortinas. Tratando de, sin moverse, hallar a un Louis buscándolo por las calles. —Iré contigo. Todo es más fácil de a dos.

—En eso tienes razón.

Durante aquella fría noche en Londres, dos amantes se duermen enfrentando sus respectivas ventanas, ojos pesados y sonrisas inocentes llenando sus rostros, soñando en cómo sería despertar envuelto en los brazos del otro. La llamada en ningún momento se corta, y a la pronta mañana, susurra en el oído de Louis: "Nos conoceremos. Es una promesa."

The trouble with wanting (l.s)Where stories live. Discover now