Capítulo 2: You could be miles and miles away, but somehow you're close.

304 60 8
                                    

Las horas caen una a una con el atardecer y se convierten en días. Los días, a su vez, pasan a formar una semana. Hace una semana, Ted le preguntó si había estado enamorado, lo que aterrorizó a Harry, y por consiguiente, no tuvo mejor idea que no responderle.

Luego de aquel episodio, intenta hacer su vida normalmente. Va a la universidad, y vuelve a su departamento al rato. Sale a comprar al supermercado, visita a su madre; lo usual. Entre las góndolas de galletas, el nombre de Ted se dibuja y desdibuja en su mente. Una y otra vez. Son tantas las ocasiones en las que se encuentra pensando en él que lo asusta. "Es la culpa de no contestarle," piensa mientras toma entre sus manos un paquete espacioso y colorido de dulces.

Diciembre está por terminarse. Prácticamente, enero está a la vuelta de la esquina. Y un jueves por la noche, mordiendo su pulgar con insistencia y armándose de coraje, ingresa en la dichosa página, donde sus escritos yacen para ser tanto admirados como criticados por el prójimo. Se sorprende al no notar nuevas notificaciones de esa persona en alguno de sus escritos.

Lo sorprende aún más que Ted le hubiese escrito por los chats privados de la página.

El primero es del último miércoles que hablaron, y dice:

Querido Dusty,

Creo que mi pregunta estuvo fuera de lugar. No debería haberla hecho, y te pido disculpas si en algún momento te ofendí. Nunca fue mi intención.

Espero saber de ti.

Saludos, Ted.

Hay más mensajes, y Harry no puede creerlo. Está asombrado, anonadado. Sin palabras.

Querido Dusty,

Finalmente, la semana ha terminado. El trabajo me tiene hasta los nervios, si te soy sincero. Los turnos cada vez se hacen más largos, y mis horas de sueño más cortas.

No has estado publicando más poemas. Me pregunto si aquello se debe a un motivo de fuerzas mayores. ¿Te encuentras bien, estimado escritor?

Nuevamente, espero saber de ti pronto.

Saludos, Ted.

Y otro más.

Querido Dusty,

Me veo obligado a confesar que extraño tus escritos. Creo que tu manera de escribir me cautivó por completo, porque no he podido leer a más autores desde tu ausencia.

Quiero que sepas que no haber estado enamorado está bien, y no es nada de lo que estar avergonzado.

Estoy a tu espera, y aburrido sin tu arte.

Saludos, Ted.

El último mensaje de Ted simplemente contiene "He estado enamorado dos veces en toda mi vida, y en ninguno de los casos, mis noviazgos han funcionado. Esa es mi historia."

El muchacho de ojos verdes encuentra difícil de asimilar lo que se le presenta frente a él. Con un sentimiento punzante en el pecho, acerca sus dedos al teclado de la computadora, presionando suavemente sobre cada letra.

Ted,

Lamento haber desaparecido de un día para otro. He estado resolviendo algunos asuntos en soledad.

Pienso que la sinceridad es la mejor arma con la que contamos los seres humanos, y por eso la utilizo contigo. Tu pregunta me atemorizó. No sabía cómo responderte que, de hecho, jamás he estado enamorado, ni jamás nadie me ha amado en el sentido romántico. Se me hace algo extraño que una persona que escribe sobre amor no sepa lo que se siente experimentarlo en carne y hueso, pero así soy yo, y no puedo cambiarlo.

Espero no quebrantar tus esperanzas.

Todo mi cariño, Dusty.

Ted, como siempre, contesta a los minutos.

Querido Dusty,

No creo que sea extraño que puedas escribir sobre amor y nunca haber estado enamorado. Algunas personas son, simplemente, demasiado inteligentes y capaces de captar emociones que no vivieron, al igual que aquellas personas que están en una relación y no saben explicarte lo que sienten al mirar a su amado.

Tu regreso me hace feliz. Ojalá podamos seguir en contacto.

Y, un pequeño recordatorio: no podrás quebrantar mis esperanzas tan fácilmente.

Con amor, Ted.

The trouble with wanting (l.s)Where stories live. Discover now