Capítulo 13: Who will dry your eyes when it falls apart?

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El sonido de la radio sonando lo despierta. Louis se estira sobre el colchón, soltando un quejido al desperezarse. No quiere ir a trabajar. Está harto de seguir aquella misma rutina de todos los días. Harto, a nivel general, también se encuentra. Desea que el invierno se esfume de una buena vez por todas, por ejemplo. Le encantaría poder estar en una playa, también. Le apetecen tantas cosas, aunque todavía sigue acostado en su cama, sin la intención de desenvolverse de entre las sábanas.

Al hacer su camino hacia la cocina, es recibido con una escena habitual: Liam, en simplemente ropa interior, haciendo el desayuno para ambos. Observa su torso desnudo y un escalofrío le recorre el cuerpo. ¿Cómo hace para no estar congelado? Louis no lo comprende.

–Buenos días. —su amigo musita con la boca llena, migajas de pan cubriendo los alrededores de su boca. La mesada es un desastre, con distintos tazones y la mezcla de waffles manchando la cerámica. No pretende hacerse problema por eso ahora, sin embargo. Lo limpiará luego.

—Son buenos días para ti, en todo caso. Debo estar en quince minutos en la oficina, así que dame cualquier cosa que tengas capaz de ser ingerida. —eso último lo dice esbozando una pequeña sonrisa, y Liam, aparentemente de un muy buen humor, repite el gesto. Dándose vuelta, comienza a prepararle un té, ya sabiendo de memoria lo que a Louis le gusta desayunar.

En el mientras tanto, un mensaje de Harry llega a su celular, y Louis se ve obligado a quitar su vista del balcón y los cientos de edificios enunciados en el exterior. "¡Buen día! Espero que hoy te vaya bien en el trabajo :)". Aquello se había convertido en un hábito para ambos; saludarse todas las mañanas, y despedirse todas las noches. A veces por mensaje de texto, y otras, por llamada. Está seguro de que sus ojos, después de leer la notificación, brillan de una manera distinta y cautivadora. Harry tenía el magnífico poder de cambiarle el ánimo sin siquiera esforzarse: solamente, siendo él mismo.

Bajándolo de la nube fantasiosa y novelística en la que siempre se veía sumergido al pensar en aquel chico, Liam ubica la infusión caliente a un costado suyo. —¿Con quién hablas?

—Con nadie.

—Oh, vamos.

—Es alguien del trabajo, ¿sí? Me están preguntando a qué hora llegaré.

—¡Louis! —esta vez, el más joven de los dos adopta una expresión de molestia, frunciendo sus cejas y desencadenando que leves arrugas se extiendan a lo largo de su frente. —¿Por qué no eres sincero conmigo? Estás mintiendo.

—¡No te estoy mintiendo! —trata de seguir excusándose, aunque su voz se eleva un par de octavos y alcanza un tono bastante agudo, demostrando, una vez más, que no dice la verdad.

Liam se cruza de brazos, y da un paso hacia atrás. —¿Sabes qué? Jódete. ¿De qué sirve que seas mi amigo, que vivamos juntos, y que yo te cuente todo lo que me sucede, si tú ni siquiera eres capaz de explicarme por qué le sonríes al teléfono?

El ambiente se torna gélido. Liam no es de enojarse seguido, aunque cuando lo hace, un caos es desatado; cuenta con una mirada tan dura como el acero, que puede derribar hasta la más alta de las montañas.

Louis, por su parte, traga en seco.

—Simplemente quiero saber quien es esa persona que parece hacerte tan feliz. —murmura su amigo a continuación, ahora un poco más tranquilo, acercándose al castaño como si fuese un gatito bebé asustado.

Las palabras abandonan sus labios incluso antes de procesarlas. —Es un chico. Su nombre... su nombre es Harry. Harry Styles, de hecho.

Wow. Le costó menos de lo que esperaba.

—Así que... ¿Harry Styles?

—Sí.

Liam asiente, tratando de convencerse a sí mismo. —Lindo nombre. ¿Tienes una foto para mostrarme?

Allí es donde radica el problema, y Louis lo sabe.

—El tema es... que no tengo ninguna foto para mostrarte.

—¿Acaso no tiene Instagram? ¿Facebook? —habla con cierta incredulidad, y el ojiazul se replantea la razón por la que aceptó tener esta conversación en un primer lugar.

Si va a ser honesto, lo será en su totalidad. —Nunca he visto su rostro. Hablamos por llamada, y nos mensajeamos, pero jamás he presenciado su cara.

No debe ser fácil de digerir la noticia de la nada. Al menos, eso cree, al notar la forma en que las facciones de Liam se contraen y aparenta seguir procesando la idea.

—¿Cómo se conocieron? —pregunta a los segundos, y toma asiento sobre uno de los taburetes. Enfrenta a Louis, y luce dispuesto a escucharlo.

Es así como ambos comienzan a charlar, el tópico de la conversación revoloteando alrededor de Harry y su talento para escribir y plasmar sobre una hoja en blanco todo lo que siente, y hasta algunas veces, sensaciones las cuales todavía no ha experimentado.

—Harry es... increíble. Sí, creo que esa sería la palabra para describirlo: increíble. —suelta un suspiro melancólico, recordando el sonido de su risa por el otro lado de la línea. —También tiene la risa más bonita del planeta.

—¿Te gusta hasta su risa?

—Me gusta todo de él en realidad. —aún le avergüenza decirlo en voz alta, y la mirada de Liam emite chispas. —Sus palabras lograron enamorarme. Su forma de expresarse tan poéticamente y su personalidad única. —sonríe a mitad de la frase, agachando la cabeza. —No soy más que un tonto enamorado.

—Tienes que conocerlo. Verdaderamente. —no es un consejo, sino una orden. Algo que debe hacer. Algo que anhela.

La cosa es que no todo es tan... sencillo. —Aún estoy buscando la forma de que confíe en mí. Siento que piensa que, al mostrarse sin pudor frente a mí, me espantará.

—Pero no lo hará, ¿cierto? Nada va a alejarte de él.

Louis quiere creer que no. Él no será el que se aleje, jamás. Su miedo recae en el temor de Harry, en sus inseguridades por no ser aquello que Louis alega conocer. No logra ver que él lo ve como realmente es; nada más, ni nada menos, que Harry, su bello escritor, que junto a sus poemas lo conquistó, y ahora, sueña con ver cara a cara, para comprobar si luce tan angelical como su mente lo retrata.

"¡Buenos días! Perdón por contestarte tan tarde; estaba desayunando.
¿Cómo estás, mi escritor? ¿La mañana te trata bien? ¿Los pájaros cantan cerca de tu oreja?
Ojalá pudiese amanecer a tu lado. Ese debe ser el sueño de cualquier mortal."

The trouble with wanting (l.s)Where stories live. Discover now