𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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Tú mentira y la mía.

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Mis manos sudaban, sudaban nuevamente, como si solo pudiera recrear eso debido al miedo que sentía. La garganta se le secaba en cada instante que mi caballo cabalgaba con velocidad, y se acercaba a un lugar donde no quería estar. Sentía una presión en mi pecho, sabía que algo malo sucedería, sabía que en algún momento, todo esto se destaparía, pero lo que no sabía, era como si sería cuando sucediera. Había amarrado mi coleta, pero la brisa jugaba con ella, removiéndola con algunos flequillos. La luz del amanecer ya estaba ahí, acompañándonos aún con un tibio y fresco clima, que pronto se volvería amargo, y sin sentido. Iba adelante, junto a mis compañeros, junto a esas personas que se volvieron una parte de mi, mis amigos, pero sabía que pese a eso, les tenía una espada clavada en la espalda que aún no eran capaces de sentir. Mi cuerpo daba saltos, entre ellos, giraba un poco mi vista para observarles. Estaba segura que me defendería a toda costa, pero, ¿yo también sería capaz? No lo sabía, y es que, sabiendo que debía enfrentarme a las decisiones y realidad de mi nación, de salvar y proteger a mis aliados, me derretía por completo la razón.

Los ojos de Hange me buscaban, podía sentirla examinarme, como si quisiera saber lo que haría, o como actuaría cuando esto se destape, pero ni yo misma sabía lo que haría, cuando fuese así. Lo único que pude hacer, buscando consuelo, fue mirar a Eren. Iba a todo vapor, su expresión estaba fría, como si no quisiera demostrar la impotencia que estaba creciendo en su corazón por lo que había sido testigo en escuchar. Me sentía culpable, y ademas, hipócrita. Deseaba detener mi caballo, y expresar todo lo que sentía, pero las palabras del capitán Levi, rondaban por mis pensamientos. Era claro, que cada decisión tomará, afectaría una vía del camino, debía ser sabía, y si aún no debía decir nada, era porque el río algo traería, pues podía escuchar el escándalo de cómo el agua se movía, pero aún, no debía detener el bote. Alce la cabeza, observando unas ruinas, era como un castillo, pero de seguro ahí estaba el flanco de la primera línea, donde nos encontraríamos cara a cara, con muchos rostros, que no estábamos preparados para ver, ni siquiera yo, aunque supiera la agria verdad, no podría verlos.

-Finger, tú diriges la primera línea con Ackerman.-la voz de Hange creo que me sobresaliera de mis pensamientos, volviendo a la realidad, para así observar lo que teníamos enfrente; asentí ante su mandato.

-Entendido.-respondimos Mikasa y yo a la vez, apretando la soga de nuestros caballos, para poder concentrarnos en avanzar.

-Recuerden lo planeado, seamos lo más distantes posibles, y mantengamos al margen la situación, no hasta que os diga que hacer.-Hange volvía a dirigirse al escuadrón, asegurando que pronto estaremos en presencia con Berthold y Reiner.

Mi corazón palpitaba, y podía escucharlo. Me prepare, las instrucciones habían sido más que claras, pero no podía dejar de sentir mi corazón; era como si quisiera salirse de mi boca, no podía aguantar las ganas de infartar. Mientras que sentía como todo adentro de mi, se desmoronaba, los ojos de aquel teniente pusieron toda su confianza en mi, me vi obligada a ejercer su orden, a respetarle y hacerle sentir que podía confiar en mi, que podía hacer esto, que había una jodida razón por la cual estaba aquí con ellos, y no con quienes debía estar. Me levante del caballo, tenia el balance, pero joder, tenia la fuerza para acabar con todo lo que se me cruzará de frente. El equipo de maniobras tridimensionales se encargó de elevarme, el gas salía, y yo avanzaba junto a la chica que me siguió, confiando también en mi, sin saber la oscuridad que había en mi interior. Mi gancho se destapó, y se clavó en el cuello de aquel titán, sobresalí a su alrededor como si fuera un rayo, y con un solo giro, mis hojas pudieron traspasar su piel, logrando ver el vapor que salía, y como ese titán de siete metros, cayó. Me impulsé, y observé cómo Mikasa avanzaba en el aire, sin perder balance y enfocada en los titanes que venían de las ruinas.

𝐏𝐀𝐈𝐍── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 Where stories live. Discover now