𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

6K 772 314
                                    

Montaña de nieve.

───

Tiempo después.

───

El frío yacía saliendo de mi boca, mientras que mis pies se ahogaban en las profundas tierras de nieve, hundiéndose. Estaba abrigada, pero aún así continuaba sintiendo como la tela no me estaba dando el calor suficiente. Mi cuerpo temblaba, había perdido mi abrigo de respuesta, así que tan solo tenía uno. Estábamos de expedición por las montañas, como un entrenamiento básico donde tendríamos que sobrevivir al frío, y llegar a las cabañas, pero por alguna extraña razón, yo me había aislado del grupo, y perdido. Aún así, no tenía problema en vagar en esta montaña a plena noche, sabía que en algún momento llegaría a las cabañas de la base, o, moriría. La segunda opción no era tan terrible, sabiendo y teniendo lógica que dentro de unos años, moriría vagamente siendo comida por un titán, o simplemente, me maten antes en una maldita guerra. Suspiraba, viendo el frío sobresalir de mi boca. La nieve estaba elevada, mis pies se hundían, pero continuaba. Los días pasaban, y el transcurso del tiempo no se detenía, y aún no teníamos una vista clave de donde se podría hallar al titán fundador, o al menos, quien era el recipiente de ese gran poder que pertenecía a mi nación, o eso creían ellos.

El tiempo se nos iba de las manos, y estaba segura que no tardarían en mandar refuerzos en cuanto las cosas siguieran tardando, al fin y al cabo, para eso nos prepararon todo este tiempo, para embarcar a una aislada Isla, descrita como pecadora y demoniaca, para así buscar un poder que no les pertenecía, por su incapacidad de ser una raza pura. No era creyente de esas historias, jamás lo fui. Base a ser nacida y criada en Marley, mi corazón puro jamás creyó las historias, porque en esta vida, todos siempre hemos sido villanos, y de ser pecadores nada nos salva, pero aún así, entrelazarme con su gente era lo menos que deseaba hacer, porque al final, tendría que clavarles una espada en el corazón, y yo no iba a titubear con eso en un solo instante. Me detuve en seco en el bosque cuando escuché varios pasos pesados, vi una corta iluminación, y me sentí aliviada, hasta que lo vi. Sus ojos fueron iluminados por la luz, su mirada se plasmó en mi, no era coincidencia que fuera a él a quien me lo encontrara aquel día, y lo supe años después. Jamás fue coincidencia lo que éramos, Eren. Se acercaba a mi con cuidado, mientras que me examinaba, y yo tan solo me quede en mi lugar, esperando que se acercara.

-¿Amaya?-me llamo confuso.-Estas jodidamente pálida.-expresó, mientras que le miraba.-¿Estás bien?-me preguntó, acercándose a mi.-¿Te perdiste?-volvió a preguntarme, deteniéndose conmigo en este andar nocturno.

-Ya veo que no soy la única.-dije, mirándolo detenidamente, mientras que nuestros pies se hundían en la nieve.

-Hay mucha nieve.-expresó él, caminando para intentar no hundirse, mientras que le seguí.

-No me di cuenta.-exprese, de manera cortante, mientras que él me observaba.

-¿Quieres otro abrigo?-me preguntó, notando como los labios temblaban del frío.

-No.-me negué, caminando junto a él, y aún así, sintiendo como mis pies se hundían en la nieve.

-¿Por qué eres tan orgullosa?-me preguntó, con un tono sereno, sin actitud, pero aún así; me incomode, y le mire de reojo.

-¿Y tú tan impulsivo?-le pregunté, fría y viendo como dejo de mirarme, a lo que algo en mi se sintió extraño.-Lo siento.-me disculpé, bajando la cabeza avergonzada.-No soy buena compañera, lo sé.-comenté.

-Al menos eres sincera.-opinó, mientras que sentía como él frío continuaba metiéndose por mis telas.-¿No te caigo bien?-me preguntó.

-No.-respondí, pero abrí los ojos grandemente ante mi error.-Digo, si.-le dije entrecortadamente.-No es eso, es que yo... -me detuve, sabiendo que no podía explicarle mi situación, que por más que me hayan pedido que me relacionara, no podía; me dolía mentir.

𝐏𝐀𝐈𝐍── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 Where stories live. Discover now