Destiny | Gally ~ Newt ~ Minho ~ Thomas

CAPITULO 24

NO EDITADO

232.01.14

Hayleen había terminado cediendo, ante la insistencia de Alby, en dejar que los docs la revisen. Ella estaba segura de que estaba bien pero supuso que lo mejor era asegurarse de que todo estuviese en orden teniendo en cuenta que estaba embarazada. Sin embargo, justo cuando estaba por seguir al doc un ruido atronador retumbó por todo el lugar. A pesar de que los habitantes ya estaban acostumbrados a escuchar ese sonido todas las noches, la mayoría no pudo evitar mirar en dirección a las puertas al igual que Lyn.

El hecho de ver como su única posible salida de ese lugar se hacía cada vez más pequeña y estaba a punto de desaparecer, la hizo pensar en que no podía arriesgarse a quedarse sin salida en un lugar tan peligroso para ella. De un segundo a otro decidió que intentaría huir hacia las puertas una vez más, aprovechando que todos se habían distraído momentáneamente.

Decidida, avanzó un paso, mentalmente tomando carrera y preparándose para hacerlo a toda velocidad hacia la abertura entre los muros. Sin embargo, no había pasado ni un segundo desde que su pie volvió a tocar el suelo que ya tenía una pared humana enfrente de ella impidiéndole el paso.

Gally la miraba penetrantemente con el ceño fruncido, retándola a intentarlo y conocer las consecuencias. Sintiendo cómo la mirada de otra de sus almas gemelas ardía en la parte de atrás de su cabeza por la intensidad con la que la estaba observando, se dio cuenta que solo empeoraría su situación correr con ellos tan cerca de ella; claramente se había equivocado al suponer que sus almas gemelas también se habían distraído tanto como para permitirle a Hayleen intentar huir de ellos una vez más.

-¿Qué fue eso? –decidió preguntar, simulando estar asustada y suponiendo que esa pregunta era la que todos debían hacer después de ver ese espectáculo por primera vez.

-Esa es la razón por la cual deberías agradecerle a Thomas el haberte detenido–le contestó el líder sin dar muchas explicaciones; como si ella fuese a agradecerle algo a él después de lo que le había hecho-. Ahora, sígueme –agregó haciéndole una seña con la mano y comenzando a explicarle las reglas del lugar mientras caminaban.

Una de las reglas era jamás salir de estos muros y definitivamente era una que estaba a decidida a no seguir. Puede que por el momento no pudiese volver a intentar escapar de las pruebas pero, en el momento en que ellos menos se lo esperen, se dirigiría disimuladamente hacia la salida del Área.

A pesar de que ya estaba oscureciendo, aún pudo vislumbrar algunas de las zonas que había oído hablar con anterioridad en el cuartal de CRUEL. Sin duda, la presencia de una granja en el lugar no era solo visible, sino que también se notaba por la combinación de olores que se percibían fácilmente en el aire.

Siguió al supuesto líder y al doc en dirección a un edificio de madera que ella sabía que ellos llamaban "la finca". Aún podía sentir la presencia de sus almas gemelas ardiendo detrás de ella pero estaba decidida a ignorarlos lo máximo posible; no importa lo desesperada que estuviese por dentro porque dejasen de observarla, no se permitiría demostrarles lo que realmente le generaba el calor de su mirada.

Ya se encontraban frente a la puerta-una horrible tabla de madera descolorida-; Alby la abrió de un empujón. La sorprendió ver que luces fluorescentes parpadeaban en el techo; el lugar parecía tan rústico que era seguro decir que lo habían construido los habitantes desde cero, aunque supuso que, siendo Gally el guardián de los constructores, no debería sorprenderle que pudiesen hacer cosas que requiriesen ese nivel de habilidad.

Siguió a Jeff mientras él la miraba con ojos de halcón subir las escaleras; claramente el chico aún seguía preocupado por su aparición inconsciente en el Caja y no le importaba terminar lastimándose él mismo por mirarla a ella en vez de mirar en dónde pisaba. Los escalones terminaban en un descanso. Dobló a la izquierda y se encontró con un pasillo con baranda que conducía a varias habitaciones. Solo una de ellas dejaba pasar luz por debajo de la puerta y allí es donde los dos habitantes la dirigieron.