CAPITULO 21

663 64 10
                                    


NO EDITADO


232.01.04

-¿Cómo te sientes? –preguntó Teresa cuando notó que ella se estaba despertando-. Te desmayaste-aclaró cuando vio la mirada confusa que le dirigió Hayleen-. Han pasado tres días pero todo está bien. El bebé está bien –agregó.

Nada estaba bien. Su cuerpo dolía y algo faltaba, una parte de ella no estaba ahí.

-¿Dónde está Thomas? –preguntó finalmente dándose cuenta de lo que se sentía mal y comenzando a entrar en pánico.

-Él está bien –se apresuró a tranquilizarla.

Él no estaba bien. Ella no podía sentirlo, era como si estuviese muerto. Lo que los unía simplemente ya no estaba ahí; después de semanas acostumbrada a sentirlo siempre con ella, ahora sólo había vacío del otro lado de su vínculo.

-¿Thomas? –se las arregló para volver a cuestionar a la chica mientras su respiración se alteraba cada vez más.

-Tienes que calmarte, no es bueno para el bebé. Él está en el laberinto. Hubo un cambio de planes y te unirás a él en menos de dos semanas.

-Él no podría...él prometió...-susurró Lyn entre sollozos mientas se abrazaba a sus rodillas y se balanceaba, incapaz de detenerse.

Teresa sólo la miró con pena, sabiendo que no le estaría brindando ningún consuelo si intentaba abrazarla para consolarla; lo único que la aliviaría en ese momento sería tener a su alma gemela con ella. Sabía que era necesario para la realización exitosa de las pruebas que esto sucediese pero no podía lograr estar realmente de acuerdo con lo que le habían hecho a su mejor amigo y Lyn. A pesar de que ella no estaba al tanto de los planes existentes respecto a ellos dos, no podía evitar sentirse culpable al verla tan destrozada. Sin embargo, era consciente de que ya los habían separado y que lo mejor que podía hacer con estas circunstancias era aprovechar la información que estas nuevas variables les arrojarían, especialmente ahora que podían monitorear el funcionamiento del cerebro de Hayleen.

Sin poder evitar sentirse una inútil, Teresa se acercó a la chica histérica que se balanceaba en la cama como si eso fuese a detener lo que estaba pasando en su cabeza. Apoyó una mano en el hombro de la chica, intentando transmitirle su apoyo, pero ella no pareció notarlo; de hecho, parecía empeorar cada vez más a medida que los segundos pasaban. Ya no sólo se mecía a sí misma, si no que ahora desgarradores sollozos salían también de su boca mientras sus manos apretaban su cabeza como si así pudiese lograr que todo se detuviese.

-No creo que obtengamos mucha reacción de su parte por un buen tiempo, doctora Paige –le informó Teresa mirando por encima de su hombro a la mujer apoyada en la puerta.

-Seguiré cuidando de mi nieto hasta que ella esté en condiciones de hacerlo. Asegúrate de que su condición actual no termine afectando su embarazo –le ordenó a la chica mientras abandonaba la habitación.

Los días pasaron y Teresa pasó muchos de ellos cuidándola lo mejor que pudo. Durmió en la misma habitación que ella para poder despertarla cuando las pesadillas comenzaban y los gritos se hacían escuchar. No sabía lo que ella veía en sus sueños pero, debido a las palabras inconexas que dejaba escapar, supuso que estaba soñando con la muerte de Thomas.

Con el pasar de esos primero días difíciles, Lyn finalmente comenzó a responder otra vez a lo que sucedía en el mundo exterior a su mente. Teresa había pasado los últimos días esperando que ella finalmente le hablase; había dejado de llorar y gritar y eso indudablemente era una señal de mejoría, a pesar de la mirada catatónica que la acompañaba.

Destiny | Gally ~ Newt ~ Minho ~ ThomasWhere stories live. Discover now