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—Puedes pasarme sus cosas— me dice señalando el vestidor.

Me levanto no sin antes dejar otro beso en cada uno, entro en este para sacar una pequeña caja donde están guardadas sus primeras prendas que ella compro -ya sabemos que fui un idiota al perderme ese momento- salgo con la caja en mis manos dejándola en sus pies. La ayudó a sostener a una de mis copias para que ella pueda cambiar al primero.

—Tengo miedo de lastimarlo— dice acariciando todo su pequeño cuerpo.

— Sabes que no lo harás, ahora apresurate no quiero que enfermen— demando ganándome una mala mirada de ella.

Comprendanme, mis copias apenas tienen unos cuantos minutos de que nacieron, mi instinto de padre protector está saliendo ya. Veo como deja vestido a mi primera copia, su traje es blanco tiene un pequeño gorrito que creo que aún le queda grande y unos diminutos guantes, le paso a mi segunda copia y también lo viste igual.

—Deja que entren a verlos.

—No, eso será hasta mañana necesitas descansar—digo viendo a mis bebés dormir plácidamente al lado de su madre.

—André, estoy bien. Los bebés también, así que deja que los conozcan —se que no se cansara hasta que los demás entren.

—Muy bien, pero...

—André nada de peros, compartamos también nuestra felicidad con ellos.

Gruño porque quiero tenerlos solo para mí, mi plan era ir a traer a Noah y encerrarnos a los 5 en nuestra habitación y que todos los demás se jodan, pero no salió como yo esperaba, es más ni pude llevar a cabo mi plan. Camino hacia la puerta y no más la abro todos en el pasillo se me quedan viendo emocionados.

—¿Ya podemos pasar a verlos?— me pregunta emocionada mi hermana.

Asiento y soy empujado hacia un lado de la puerta ¡pero que mierda! Todos pasan a la habitación y cuando digo todos, son todos, hasta Dalton con su esposa están aquí.

Cierro la puerta y veo a todos rodear la cama, vuelvo otra vez con Dacota quien les da una sonrisa cansada a todos.

—Familia les prestó a mis copias pelirrojas.

Digo orgulloso cargando a mis copias para que puedan verlos mejor.

—¡Carajo! Son tan hermosos—chilla emocionada Shilby.

— Y pelirrojos— me palmea mi hombro Matías también viendo a mis bebés.

—¿Podemos cargarlos? — pregunta Dalton.

—No.

—Sí.

Volteo a ver a Dacota quien me está matando con la mirada. Siento como me quitan a mis bebés de mis brazos estoy conteniendome para no mandar a todos a la mierda. Me acuesto al lado de mi mujer quien se ve cansada pero ella quiere que todos conozcan a nuestros bebés, beso su frente y esta me sonríe.

—Te amo.

— Yo también te amo, nena.

—Yo también los amo ¿pero como mierda harán para distinguirlos? — quiero matar a Matias en estos momentos.

—Con que yo sepa quién es quien basta— digo conteniendome para tirarle un puñetazo.

—Les pondremos con un marcador en su frente la inicial de su nombre— dice Dalton con una de mis copias en sus brazos.

— Tú le llegas hacer algo a mi hijo te juro que eres hombre muerto— gruño, por Dios que estoy conteniendome en no sacarlos a patadas a todos de la habitación.

Esposa Del MafiosoWhere stories live. Discover now