58

11.5K 780 303
                                    

Salgo apresurada de la habitación oyendo los pasos y gritos de Shilby. Bajo con cuidado las escaleras sosteniendo mi vientre.

— Por favor sean buenos con mami, solo detendré la estupidez que hará su padre —susurro sintiendo como mis bebés están inquietos.

André piensa que alguien de sus hombres lo traiciono algo que estoy muy segura que no es así.  ¡Por Dios sus hombres están a sus pies!¡lo ven como un Dios!, pero más en este caso lo ven como el mismísimo Diablo. Todos ellos dejaron su vida en Rusia para venir con él, así que yo detendré toda esta mierda.

Camino hacia la puerta trasera abriendo está dando un paso hacia el jardín, pero me detengo abruptamente al ver a todos, literalmente a todos, Matías, Erick las muchachas de servicio y ¿mi Nani? ¿Pero qué le pasa André? También desconfía de ellos.

André está enfrente de ellos gritándoles con su arma en su mano derecha, salgo de mi shock al ver cómo le apunta a un guardia quien está suplicando que él no lo traicionó.

—André, pero estas loco -- camino hacia donde el esta.

—Mierda Dacota te dije que te quedaras en la maldita habitación — me grita poniendo su mirada fría en mí.

—Vas a cometer una estupidez André por Dios, ellos no te han traicionado — chillo histérica por que no baja su arma.

—¿Entonces como carajo sabía ese maldito que estabas ahí? Alguien de aquí tuvo que informarle.

—Baja esa maldita arma, no ves que está muriendo del miedo — intento tocar su mano para que deje de apuntarle, pero no me deja.

—Esa es la idea nena, ahora largo de aquí necesito terminar toda esta mierda ya.

—¡André basta! — grito colocándome enfrente de él.

— Dacota vuelve a la maldita habitación ¡ya! —se acerca a mi hasta que nuestros rostros están pegados, su aliento choca en mi cara, su respiración es acelerada.

—No — lo desafió sin quitarme de en medio de él y el guardia.

—¿Porque mierda los defiendes tanto? — gruñe al fin dejando de apuntar al guardia.

—¿André acaso no te das cuenta? Ellos no te han traicionado, prácticamente son como tus perros falderos queriendo siempre quedar bien contigo—Apunto a todos quienes tienen la mirada gacha—. dejaron todo en Rusia para seguirte hasta aquí, siempre hacen lo que tú les dices así que no es justo que tu desconfíes de ellos, usa un poco tu lógica André.

—Tú no sabes cómo se maneja todo está mierda Dacota.

—Tienes razón no lo sé. Pero lo que sí, es ah no desconfiar de la gente que da todo por mí, que darían hasta su vida por mí, algo que creo que tú no sabes.

Veo su cara volverse más roja, su mano izquierda la hace un puño levantándola y por instinto solo cierro los ojos.

—Vuelve a la habitación antes de que cometa una locura Dacota — abro los ojos sorprendida por que el golpe nunca llegó, pero estuvo a punto de llegar ya que lo tengo justo enfrente de mi cara.

—No André, ya basta, busca al culpable en otro lago porque aquí no está — sé que lo estoy tentado, estoy arriesgando mucho estando en mi estado, pero no puedo dejar que cometa alguna estupidez.

—¡Dacota ya me tienes harto, deja de comportarte como una maldita niña malcriada! — doy un paso hacia atrás incrédula por lo que acaba de decir.

Ya no puedo más.

—¡Entonces deja a esta maldita niña malcriada y búscate a una mujer de tu edad, tú también ya me tienes harto con toda tu mierda! — le grito también, mi pecho sube y baja frenéticamente.

— ¡Perfecto! A si me libero de tantos malditos problemas que traigo por ti — un sollozo quiere escaparse, pero lo detengo.

—Lo mismo digo, así me libero de tantos malditos problemas que consigo por ti— sonrió sintiendo como una lágrima traicionera baja por mi mejilla.

—Lo único que te advierto es que mis hijos se quedan conmigo — me sonríe de vuelta, veo como da una mirada a todos y sale del patio para oír como se va en su todo terreno.

Siento que todo me comienza a dar vueltas, unas manos me sujetan.

—Mi niña — me susurra Erick limpiando las lágrimas que no sabía que estaba derramando.

—Mi señora le juramos que nosotros no traicionados a nuestro señor — volteo a verlo y es el mismo que André le estaba apuntando.

—Yo lo sé— digo como puedo sosteniéndome de Erick.

—Nunca traicionaremos a la mano que nos dio de comer — y jadeo sorprendida al ver como se arrodilla enfrente de mí.

Trato de detenerlo, pero quedo estática al ver como todos los hacen también hasta Erick quien está al lado mío lo hace.

Y es aquí donde me derrumbo. Erick se levanta para alzarme pero po detengo.

— Quiero pedirles disculpas por como los llame— susurro viéndolos a todos.

— No mi señora, disculpenos usted a nosotros por causarle problemas con nuestro señor— contesta otro aún de rodillas.

Solo asiento, se que ellos no tienen las culpa de nada solo la tenemos André y yo. Shilby llega a mi lado para llevarme hacia adentro de la casa, pero al dar un paso siento un tirón en mi vientre dejándome sin aire por un momento, llevo mis manos hacia el, sintiendo otro un poco más fuerte ¡Joder! Duele.

— ¿Que pasa?— me pregunta preocupada.

— Creo que... los bebés ya vienen— digo intentando sonreír pero otro tirón hace que pegue un grito.

Soy elevada del suelo por Erick quien apresuradamente me lleva hacia adentro, volteo a ver hacia atrás y solo logró ver como Matías me da una ultima mirada para salir corriendo.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora