Capítulo 25.

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Las noches de Gusu eran hermosas y frescas, la luz de la luna filtrándose a través de las nubes que cargaban consigo promesas de lluvia o nieve, promesas que cumplían más ocasiones de las deseadas para aquellos jóvenes que paseaban por los alrededores de Cloud Recesses.

A pesar de ser una persona acostumbrada al clima cálido de Lotus Pier, Wei Wuxian podía disfrutar de la brisa fresca y los copos de nieve cayendo sobre su cabello de vez en cuando, incluso el aire gélido que se mezclaba en sus pulmones y calaba sus huesos era un dulce recuerdo del lugar y la persona con la que se encontraba.

Y cómo olvidarlo, si el Segundo Jade se encontraba a su lado, sujetando su mano con delicadeza. Sus dedos entrelazados y sus pasos lentos pero firmes, acompañando a Wei Wuxian hacia su dormitorio.

Las mejillas del Loto levemente sonrosadas ante el prospecto de ser descubiertos por algún discípulo caminando hacia sus dormitorios pero parecía no ser de importancia para Lan Wangji.

"Hey, Lan Zhan." Rompió el silencio el Loto.
Lan Wangji giró su rostro.

"¿Qué harías si alguno de los discípulos nos descubriera así?" Trajo a la vista sus dedos entrelazados.

Lan Wangji observó sus manos durante un tiempo, una expresión de satisfacción inundó su rostro. Wei Wuxian sintió su corazón agitarse.

"Déjalos que vean." Simplemente respondió.

El corazón de Wei Wuxian dio un vuelco.

Habiendo sido derrotado ante aquellas palabras caminó en silencio hasta ver los cuarteles de discípulos donde más de una habitación ya se encontraba oscurecida. La suya, por supuesto, aún contaba con luz pues tanto Jiang Cheng como él conservaban una rutina de sueño más... variada que la que Cloud Recesses disfrutaba.

Cuando se encontraban frente a la puerta de la habitación del Loto, Lan Wangji liberó la mano de Wei Ying, haciéndole sentir la pérdida del calor.
Ante la expresión de tristeza que el Loto mostró Lan Wangji llevó su mano a los cabellos de este, los cuales bajaban suavemente por su cuello y retiró algo de la nieve que había hecho su hogar ahí, dejando a sus dedos vagar por el cuello del chico más de lo necesario. Wei Ying solo inclinó su rostro para sentir el contacto de la piel del Jade en su mejilla donde pronto encontró la palma de Lan Wangji ofreciendo calor.

Wei Wuxian estiró su brazo y en su palma también acunó el rostro del Jade, su piel desprendía calor a pesar de haber caminado bajo la nieve. Ambos chicos mirándose a los ojos, sin necesidad de decir alguna palabra.

No existían después de todo, palabras que pudieran describir los sentimientos del momento.
Eran jóvenes e inexpertos, navegando lugares misteriosos en las emociones que apenas descubrían y se sentía frágil e íntimo. Después tendrían tiempo de hablar sobre ellos, de poner orden y nombre a la relación. Ahora solo debían disfrutar el momento.

Pronto sería el toque de queda y Lan Zhan debía regresar a su habitación antes de que ambos terminaran siendo castigados así que Wei Ying soltó su rostro y con una sonrisa le pidió que esperara un poco, que tenía un regalo para él.

Lan Zhan le miró sorprendido pero asintió, quedándose donde le indicaron.

Pudo escuchar la voz del heredero Jiang cuando Wei Ying abrió la puerta de la habitación, reclamandole por alguna cosa por la cual Wei Ying debió haberle hecho enojar. Pronto Wei Ying regresó más agitado de lo que Lan Wangji se hubiera imaginado, sosteniendo algo entre sus manos con sumo cuidado.

"Extiende tus brazos, Lan Zhan." Dijo con suavidad.

Lan Zhan obedeció, poniendo toda su confianza en que Wei Ying jamás le haría daño.

De cintas Lan a malentendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora