CAPÍTULO 15: Eres perfecta

3K 144 221
                                    


Crystal

El caos domina la habitación. Mamá coge la ropa del armario y la coloca en una gran bolsa de cualquier manera. El sonido de alguien tocando a la puerta la inmoviliza. En un acto reflejo, coge el cuchillo que estaba tirado bajo la cama y se dispone a abrir la puerta.

Un suspiro sale de su boca cuando entran cuatro mujeres de apariencia distinta a la habitación. Todas corren de arriba a abajo colocando cosas en bolsas y afilando pequeñas armas que se guardan bajo la ropa.

- No nos va a dar tiempo. - dice una de ellas preocupada mientras ayuda a las demás a sacar las bolsas al pasillo.

- Esta es nuestra única oportunidad, no podemos dejarla escapar. - indica otra antes de colocar sus manos sobre los hombros de mamá. - Tan solo tienes veintidós años, no puedes hacerte cargo de todo esto sola, sobre todo de ellos.

- El Refugio no debe de estar muy lejos, pero sabes que, para poder salir de aquí con vida, necesitamos una distracción. - añade otra mujer justo después de lanzar la última bolsa al pasillo dejando la habitación completamente vacía.

- ¿Estás segura de que no podemos llevarlos con nosotras?

- Miranda, son niños, es mejor que vayan ellos a Bialya. Si vamos nosotras no tardarán en matarnos.

De repente, la puerta del diminuto lavabo se abre poco a poco mientras una cabeza llena de pelo negro despeinado se asoma por esta.

- ¡Mamá, ya he contado hasta mil!

- ¡Muy bien cariño! ¿Por qué no lo intentas hasta dos mil? - dice mamá con la voz dulce antes de que Mason vuelva a desaparecer.

- ¿Qué pasa mamá? - pregunto dándole un abrazo afectuoso. - ¿Estás enfadada?

- No, cariño. Es solo que voy a estar unos días fuera y necesito que cuides a Mason mientras yo no esté, ¿podrás hacerlo?

- ¡Pero Mason es un pesado!

- Cariño, prométeme que cuidarás de él.

- ¿Por qué? ¿No se puede encargar May? - refunfuño señalando a una de las mujeres que espera junto a la puerta.

- ¡Crystal! ¡Ya eres mayorcita, no te comportes como una niña pequeña!

- Pero si solo tengo siete años...

- ¡Nada de peros! ¿Me lo prometes?

- Sí...

- ¡Mamá, ya he llegado a dos mil! - grita Mason saliendo del baño y abrazándola fuertemente.

- ¿Tan rápido? ¿No habrás hecho trampas?

- ¡No! - grita cruzándose de brazos y arrugando las cejas. - ¿Dónde vas?

- Me voy a un lugar llamado "El Refugio" y, en unos días, vendré a buscaros para que volvamos a estar juntos. - dice sonriendo a pesar de que las demás mujeres pongan los ojos en blanco.

El sonido de un motor las sobresalta y, en unos segundos, todas las mujeres, mamá incluida, han desaparecido dejándome sola con Mason que se rasca la nariz. No pasa mucho tiempo antes de que unos guardias vestidos de negro entren por la fuerza a la habitación.

- ¡No! - grita Mason resistiéndose a los guardias que intentan llevárselo de la habitación. - ¡Mamá!

- ¡Mamá! - grito mirando por la ventana cómo el grupo de mujeres corre adentrándose en el bosque.

---

- Me apuesto una botella entera a que ese no dura ni un minuto. - dice Lakay mientras se ríe del pobre chico que entrena junto a sus compañeros de celda para el torneo.

LOS SECRETOS DE BIALYA #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora