LOS SECRETOS DE BIALYA #1

CAPÍTULO 5: Mejores amigos en apuros

Después de una ducha refrescante, me dirijo hacia el comedor donde todos ya están disfrutando del menú de hoy: un puré no muy apetitoso y una hamburguesa que parece estar hecha de piedra. Analizo todas las mesas hasta que capto una mano que me saluda, es Clyn. Está sentada junto a las demás en la mesa del fondo, donde también están Mason y Lakay. 

Empezamos a comer y, un ambiente de risas y bromas me acoge entre sus brazos hasta que, un pitido estridente nos perfora los oídos y la sala queda en completo silencio.

- Hola, prisioneros. - dice una voz femenina que reconozco inmediatamente, es Elisa Amandix, la mujer vestida de rojo. 

Mientras habla me muerdo las uñas hasta que mis dedos empiezan a sangrar, lo que me obliga a parar y, a ponerme mucho más nerviosa. 

- Las batallas de hoy han sido lamentables, pónganse las pilas y empiecen a entrenar a no ser que quieran sufrir las nefastas consecuencias que tantas veces hemos tenido que implementar a los rebeldes. A pesar de esto, algunos de ustedes tienes el privilegio de ser los elegidos para estar presentes en próximas reuniones que se celebraran hoy mismo. A continuación, voy a dictar una lista de nombres y, si están en esa lista, levántense y diríjanse al exterior del comedor donde serán escoltados por los guardias hasta la sala de reuniones. - después del mensaje las miradas sospechosas y los cuchicheos inundan la sala.

- ¿Ya está? - pregunto sorprendida al no escuchar ningún nombre.

- Nos está dando tiempo para pensar y respirar. - dice Ale que se ha puesto tensa de repente. 

- ¿Pensar para qué? No vamos a ser los elegidos, no hemos ganado. - murmuro analizando las expresiones del resto de la mesa. 

Clyn está demasiado tranquila, como si supiera que ella no va a ser la elegida mientras que, Lakay, espera ansioso los resultados.

- No se trata de ganar o perder. Las reuniones no son un regalo, no vienen tus padres o tu novio, de hecho, las visitas no están autorizadas. Estas reuniones están organizadas por los que nos observan durante el torneo desde el balcón de cristal, tienen objetivos distintos, pero los más comunes son chantajear, alistar gente a la guerra o... - empieza a explicar Kesha, pero de golpe, para de hablar y mira de reojo a Ale que está tan blanca como el papel.

- ¿O qué? -

- Siendo mujer, lo más común es que te amenacen para... Ya sabes... - añade Ale al ver que Kesha es incapaz de continuar.

- Violarte, coño, no es tan difícil. - dice Crystal mientras toda la mesa se vuelve sorprendida hacia ella. - A todas nos ha pasado y va a seguir siendo así, no os molestéis en negarlo. -

- Da igual. Isa, no te preocupes, no cogen a los recién graduados y, menos, si son tan jóvenes. - añade Clyn para intentar suavizar la conversación.

- Y mucho menos si han perdido. - comenta Dunna con una pequeña sonrisa. 

De repente, otro pitido suena desde los altavoces situados en las esquinas del comedor.

- Que se levanten los prisioneros que nombraré a continuación. - repite Elisa Amandix. - Scott Sulfur, Mason Lios, Juxto Peya, Tina Monti e Isabella Wilder. - 

Cuando oigo mi nombre soy incapaz de levantarme, me quedo intacta en la silla. Ignoro los codazos de Clyn y los empujones de las demás para que me levante, estoy en shock y tengo mucho miedo. El banco empieza a congelarse. Lo sé, lo percibo, pero no me muevo. Hasta que Crystal me coge por la cintura y me levanta de un golpe.

- Tienes que ser fuerte. - me susurra al oído.

Cuando por fin llego a la puerta, los guardias emprenden la marcha apuntándonos con sus armas. A mi lado camina Mason, parece tranquilo, sin miedo. Otra cualidad que puedo sumar a su lista; valiente.