CAPÍTULO 2: Bienvenida a Bialya!

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Cuando me despierto corro sobresaltada hacia la ventana hasta que veo que no nos movemos. Estoy en una especie de habitación con paredes grises que se ilumina únicamente gracias al resplandor del interior de la nave. Poco a poco, la puerta se va abriendo hacia los lados, cuando finalmente está abierta de par en par, veo como la silueta de una mujer se aproxima hacia mí.

- Buenos días. Bienvenida a Bialya. - me dice apenas entra en la habitación. 

Con una sonrisa amable me ayuda a levantarme y me guía hacia la puerta. Ya no me fio de nadie y menos de una extraña que me mira de forma amable y, a su vez, con una sonrisa muy maligna. Así que, dispuesta a escapar de todo lo relacionado con el espacio, muevo las manos ágilmente formando unas piedras afiladas de hielo que no dudo en lanzar hacia ella. La mujer grita de dolor y cae al suelo, su pierna empieza a sangrar y me paralizo. No sé qué hacer, mis manos tiemblan descontroladamente y la cabeza empieza a darme vueltas al ver tanta sangre. Hago una cortina de fuego que la rodea por completo para evitar volver a fijarme en su herida. Su cara es de estupefacción, como si no supiera que yo podía hacer tales cosas. 

Salgo corriendo de la habitación y congelo la puerta para que no pueda salir, empiezo a correr en distintas direcciones por todos los pasadizos, pero no encuentro la salida. Cada vez más frustrada y asustada empiezo a dejar un rastro de hielo por donde paso, y al cabo de unos minutos, me doy cuenta de que estoy atrapada. He vuelto al mismo lugar donde he empezado a dejar el rastro. De repente, un gas morado empieza a salir por las rejillas de ventilación y no tardo en desmayarme. Otra vez. 

Una luz intensa se cuela entre mis párpados cegándome por completo. Sin embargo, empiezo a escuchar un extraño susurro a pocos metros de mí. Abro los ojos sobresaltada y me encuentro rodeada de personas que me observan curiosamente. Una de ellas intenta tocarme, pero en un acto reflejo le aparto la mano de un golpe. Entran a la habitación dos personas más, son dos mujeres altas y esbeltas.

-...no puede ser, nos aseguramos de que desaparecieran todos. ¿Qué clase de energía es esa? - Está diciendo una de ellas.

- Señora, es ella. - dice un científico señalándome. - Estamos listos para presentarla. - 

- ¿Le habéis puesto el auricular? - pregunta la otra mujer.

- Se lo pusimos antes del juicio y lo hemos adaptado al idioma del Planeta Aqua, funciona perfectamente. - dice un funcionario vestido con una bata blanca y gafas muy redondas. Entonces me obligan a levantarme y se dirigen a un ascensor cogiéndome del brazo, abren la puerta y uno de ellos toca el botón rojo. El ascensor baja a toda velocidad y, cuando pensaba que ya nada podría parecerme extraño, se abre la puerta mostrándome la encarnación de mis pesadillas. 

Delante de mí se extiende un patio con poca vegetación y ambiente entristecido. En él, hay muchos grupos de personas que llevan puesto el mismo mono azul que yo, sin embargo, su aspecto me asusta. Parecen ser de distintas especies, unas que yo no he visto nunca, ni en los libros de fantasía. Hay personas con cara de pez, corpulentas, con el pelo largo, con antenas, con los dientes muy afilados, con distintos tonos de piel, con más de dos brazos, con muchos pares de ojos... 

De repente, un sonido estridente parecido a una alarma me perfora los oídos y todas se ponen en fila, a un lado están los hombres y en el otro las mujeres. Empiezo a escuchar unos gritos procedentes del fondo del patio donde se empieza a abrir una puerta y entran guardias armados parecidos a los que me atacaron en la tienda de espejos a pesar de que sus ojos sean de color azul cristalino y no rojos. 

- ¡Tú! Ponte en la fila y no te muevas. Es una orden. - Dice uno de ellos al verme. Antes de poder rechistar una mujer mucho mayor que yo me coge del brazo y me arrastra tras la fila. 

LOS SECRETOS DE BIALYA #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora